¡Es más
que suficiente a la hora de morir!
“No sólo de pan vive el
hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios”
(Mt. 4, 3-4), es decir, los terrícolas tenemos más necesidades que el “asadito
y la ceecita”.
“No se preocupen por nada…Pidan a Dios
lo que necesitan y denle gracias por todo
lo que él hizo” (Fil 4:6-7) ¿Por qué la angurria por poseer
cosas, que nos poseen?
Todo ser humano nace hambriento,
necesitado y con tendencias al mal. Y esto, debido al “fatal error gastronómico”,
como dice irónicamente Michael Korda (1933),
escritor y novelista inglés, en referencia al pecado del Edén.