¡TODAVÍA GOZA DE BUENA SALUD!
En algún tiempo pasado, no muy lejano, robar y mentir, ser adúltero, evasor o contrabandista – entre otros delitos – era vergonzoso y, por consiguiente, se trataba de ocultar la fechoría. Hoy, la “onda progre” ha metamorfoseado el mal: el delito, ya no es "tan" malo, se trata sólo de un “desliz”.