lunes, 12 de febrero de 2018

PAÍS SOBERANO…

¿LO  SOMOS?

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Desde que hemos tenido uso de razón, hemos escuchado en la escuela, en los cuarteles, a políticos…aquí y allá cacarear que somos un país “libre, independiente y soberano”. En estos agitados días me preguntaba si tales adjetivos se corresponden con la realidad. Acudí al diccionario:

Libre. Que tiene facultad para obrar o no obrar. Que no es esclavo. Que no está preso. Independiente: Que no tiene dependencia, que no depende de otro. Autónomo. Dicho de una persona. Soberano: Que ejerce o posee la autoridad suprema e independiente. Autónomo. Emancipado. Independiente.

Libre. Paraguay es conocido en el consenso de las naciones como país de lucha, valentía y sacrificio, como valores de una raza indomable y virtudes que, cada tanto, se ven contaminados por malos administradores de la nación. También, somos libres para organizar alguna actividad, ir a la cancha, y hasta para crear todo tipo de problemas a la sociedad.

Además de lograr la independencia de España, se ha esclavizado de vicios como la corrupción, bajo sus más diversas y variadas modalidades de práctica, en un controvertido combo donde el valor de la raza emerge cada tanto para apagar incendios, como aquellos que le privan al pueblo del pan de cada día, atención digna de salud. 

Independiente. El parlasuriano Alfonso González Núñez manifestó este miércoles que en Paraguay debe existir mayor independencia entre el Poder Judicial y el poder político. Fue tras una reunión con el presidente del Congreso, Fernando Lugo.

"Hay rumores de que hay un súper poder que está por encima del Poder Judicial y del Poder Legislativo. Consideramos de que no existe el equilibrio que tiene que haber entre los tres poderes del Estado", dijo González. (La Nación 05.07.17)

Soberano. Dice Junior Pérez (21.09.12) en su artículo “Paraguay Soberano”: Los politiqueros vendieron muy bien esa propaganda sensacionalista para obnubilar a las masas hablando de una soberanía que nunca sucedió, ahora colorados, liberales y oviedistas se aunaron para confluir en un mismo fin: “ el bien del país”.

Los peores enemigos del pueblo paraguayo son los partidos tradicionales quienes viven defecándose sobre la constitución nacional, han preparado todo el escenario para que tengamos un estado cuasi-fallido.

Paraguay es soberano, este ha sido el chiste del año, bien podría ser el titulo de una tragicomedia, es un mero slogan proselitista que esconde la realidad; el estado paraguayo es tan soberano que su población recibe atención médica en el extranjero.

El Paraguay es tan soberano que más de un millón de personas están exiliadas económicamente, quienes son una de las principales fuentes de ingresos por medio de remesas que alimentan nuestro mercado y consumo interno.

Somos tan soberanos que nuestras tierras están en manos de terratenientes foráneos, que agotan nuestros recursos, dañan el ecosistema y pagan míseras cargas impositivas. Somos tan independientes que no tenemos una industria nacional capaz de abastecer el mercado local y constantemente tenemos que importar hasta los fósforos que usamos para prender la cocina.

Somos tan sagaces que las 9 turbinas de Itaipu están en desuso, mientras que Brasil ha creado miles de industrias mediante la hidroeléctrica generando puestos de trabajo y desarrollo. Somos tan soberanos que tenemos el índice per cápita de energía eléctrica más alto del mundo, pero barrios enteros viven en la penumbra.

Somos tan soberanos que hasta nuestro edificio parlamentario fue construido con fondos que un estado extranjero proveyó. Este es el modelo de país que esa gente defiende, un país atrasado en todos los ámbitos, tanto cultural, educativa y estructuralmente. 

Defienden este sistema donde el 38 % de la población es pobre, el 19 % vive en la indigencia y más de 1 millón esta en el exilio. (cfr. La mira digital. Paraguay: libre, soberano y esclavo hace 204 años)

¿Qué decir o no decir, cinco años después de haberse escrito este artículo? 

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