¿LO SOMOS?
Desde que hemos tenido uso de razón, hemos escuchado en la escuela, en los cuarteles, a políticos…aquí y allá cacarear que somos un país “libre, independiente y soberano”. En estos agitados días me preguntaba si tales adjetivos se corresponden con la realidad. Acudí al diccionario:
Libre. Que tiene facultad para obrar o no obrar.
Que no es esclavo. Que no está preso. Independiente: Que no
tiene dependencia, que no depende de otro. Autónomo. Dicho de una persona. Soberano: Que ejerce o posee la autoridad suprema e independiente. Autónomo.
Emancipado. Independiente.
Libre.
Paraguay es conocido en el
consenso de las naciones como país de lucha, valentía y sacrificio, como
valores de una raza indomable y virtudes que, cada tanto, se ven contaminados
por malos administradores de la nación. También, somos
libres para organizar alguna actividad, ir a la cancha, y hasta para crear todo
tipo de problemas a la sociedad.
Además de lograr la independencia de España,
se ha esclavizado de vicios como la corrupción, bajo sus más diversas y
variadas modalidades de práctica, en un controvertido combo donde el valor de
la raza emerge cada tanto para apagar incendios, como aquellos que le privan al
pueblo del pan de cada día, atención digna de salud.
Independiente. El parlasuriano
Alfonso González Núñez manifestó este miércoles que en Paraguay debe existir
mayor independencia entre el Poder Judicial y el poder político. Fue tras una
reunión con el presidente del Congreso, Fernando Lugo.
"Hay rumores de que hay un súper
poder que está por encima del Poder Judicial y del Poder Legislativo.
Consideramos de que no existe el equilibrio que tiene que haber entre los tres
poderes del Estado", dijo González. (La Nación 05.07.17)
Soberano.
Dice Junior Pérez (21.09.12) en
su artículo “Paraguay Soberano”: Los politiqueros vendieron muy bien esa
propaganda sensacionalista para obnubilar a las masas hablando de una soberanía
que nunca sucedió, ahora colorados, liberales y oviedistas se aunaron para
confluir en un mismo fin: “ el bien del país”.
Los peores enemigos del
pueblo paraguayo son los partidos tradicionales quienes viven defecándose sobre
la constitución nacional, han preparado todo el escenario para que tengamos un
estado cuasi-fallido.
Paraguay es soberano,
este ha sido el chiste del año, bien podría ser el titulo de una tragicomedia,
es un mero slogan proselitista que esconde la realidad; el estado paraguayo es
tan soberano que su población recibe atención médica en el extranjero.
El Paraguay es tan
soberano que más de un millón de personas están exiliadas económicamente,
quienes son una de las principales fuentes de ingresos por medio de remesas que
alimentan nuestro mercado y consumo interno.
Somos tan soberanos que
nuestras tierras están en manos de terratenientes foráneos, que agotan nuestros
recursos, dañan el ecosistema y pagan míseras cargas impositivas. Somos tan
independientes que no tenemos una industria nacional capaz de abastecer el
mercado local y constantemente tenemos que importar hasta los fósforos que
usamos para prender la cocina.
Somos tan sagaces que
las 9 turbinas de Itaipu están en desuso, mientras que Brasil ha creado miles
de industrias mediante la hidroeléctrica generando puestos de trabajo y
desarrollo. Somos tan soberanos que tenemos el índice per cápita de energía
eléctrica más alto del mundo, pero barrios enteros viven en la penumbra.
Somos tan soberanos que
hasta nuestro edificio parlamentario fue construido con fondos que un estado
extranjero proveyó. Este es el modelo de país que esa gente defiende, un país
atrasado en todos los ámbitos, tanto cultural, educativa y estructuralmente.
Defienden este sistema donde el 38 % de la población es pobre, el 19 % vive en la indigencia y más de 1 millón esta en el exilio. (cfr. La mira digital. Paraguay: libre, soberano y esclavo hace 204 años)
Defienden este sistema donde el 38 % de la población es pobre, el 19 % vive en la indigencia y más de 1 millón esta en el exilio.
¿Qué decir o no decir,
cinco años después de haberse escrito este artículo?
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