Si en vida me ignoraste…
Como dice el verso: Cuando me muera, no llores, no finjas sentir dolor, ni digas que te duele mi partida. No gastes en enorme corona de flores ni en caro ataúd. No tiene sentido si en vida no me valoraste, me humillaste, me criticaste, me ignoraste.
Prefiero que compartamos unos mates ahora que estoy vivo, y no que tomen toda la noche cuando muera. Ahora que estoy vivo, prefiero que tengas tiempo para compartir en paz y armonía. Sobre mi ataúd y ante los demás presentes, nada digas.
Deseo que estreches mi mano ahora que estoy vivo y
no que abraces mi cuerpo inmóvil. Y si estás lejos, prefiero que me llames o al
menos, envíes un mensaje de texto, ahora que estoy vivo, y no que viajes de urgencia
cuando yo muera. Será inútil esfuerzo.
Deseo que cuando quiero hacer algo bueno, me alientes, ahora que estoy vivo, no
un doloroso,
conmovedor y desgarrador llanto cuando yo muera. Si sabes cantar,
prefiero escuchar una melodía ahora que estoy vivo, no cuando ya esté muerto.
Luego, deseo que hagas una oración ahora que estoy vivo, y no una dedicatoria
sobre mi tumba: muerto ya no podré escuchar. Dime que me quieres mientras esté vivo,
y no… a todos los presentes… ante mi ataúd.
Así, transcribo la obra de Ana María Rabatté, quien
con sus poemas invitó a expresar el amor, hoy… y no esperar a la muerte. El conocido poema dice:
“En vida, hermano, en vida”.
Si quieres hacer feliz
a alguien que quieras mucho…
díselo hoy, sé muy bueno
en vida, hermano, en vida…
No esperes a que se mueran
si deseas dar una flor
mándalas hoy con amor
en vida, hermano, en vida…
Si deseas decir “te quiero”
a la gente de tu casa
al amigo cerca o lejos
en vida, hermano, en vida…
No esperes a que se muera
la gente para quererla
y hacerle sentir tu afecto
en vida, hermano, en vida…
Tú serás muy venturoso
si aprendes a hacer felices, a todos los que conozcas
en vida, hermano, en vida…
Nunca visites panteones,
ni llenes tumbas de flores,
llena de amor corazones,
en vida, hermano, en vida…
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