domingo, 25 de octubre de 2020

¡YO SOY ASÍ! ...

                                  
Hacer las cosas bienmal, es decisión de cada uno. Está en el “sistema operativo”, es decir, en el interior de cada terrícola. Somos libres para vivir nuestro cielo o nuestro infierno. Pero, “Ser libre para delinquir no significa tener derecho a ser delincuente”

"La puerta del cielo", es un cuento ZenLos cuentos zen son piezas bellas y poéticas que bajo la apariencia, sencilla se esconden enseñanzas útiles… como el siguiente:

“Un guerrero samurai fue a ver al maestro Hakuin y le preguntó: ¿Existe el infierno y el cielo? ¿Dónde están las puertas que llevan a uno y al otro? ¿Por dónde puedo entrar?

Hakuin le respondió con una pregunta: ¿Quién eres?  -Soy un jefe samurái, le respondió el guerrero. Hasta el mismo emperador respeta.

Hakuin se rió y contestó: ¿Un samurai, tú?... ¡Pareces un mendigo!. - Herido en su orgullo, el samurai desenvainó su espada ya punto de matar a Hakuin, cuando éste le dijo: ¡Esta es la puerta al infierno!

El samurai entendió. Guardó su espalda, y Hakuin dijo: ¡Y ésta es la puerta del cielo!

Un samurái no sólo es un Guerrero, también está entrenado para controlar sus emociones, mejorar su mente y destreza en el uso de sus armas. Controla su voluntad, por lo tanto, puede cambiar su actitud.

Es pobre excusa repetida hasta la saciedad por impuntuales, prepotentes (mbareté), deshonestos (pokaré) decir: Lo siento mucho pero, a estas alturas de mi vida, yo ya no voy a cambiar”. 

Otra excusa suele ser la edad: “Soy joven o soy viejo ya”, como si ello justificara no desterrar vicios y remediar faltas. Porque si alguien siempre falla se dice: pobre angá, el ko es así loo, hay que tolerar”.

¡No cambian porque no quieren!: “son así” y punto. Un estudio de la Universidad de Edimburgo (Escocia) constó que la personalidad no es tan inamovible como se cree. (Lic. Juan Campaña Miranda)

Todos podemos cambiar si queremos. Dios perdona si lo pedimos con corazón sincero.  

Pero si confesamos nuestros pecados, podemos confiar en que Dios, que es justo, nos perdonará nuestros pecados y nos limpiará de toda maldad (1 Jn 1:9). 

¿Qué pecados? ¡E a na che memby!: De Pereza, Calumnia, Robo, Arrogancia, Avaricia, Cobardía, Corrupción, Adulterio, Egoísmo, Odio, Envidia, Py á ro,  etc…

A quienes se jactan de ser dirigentes cristianos, que sus hijos aprendan esto: “Evita que te desprecien por ser joven; más bien debes ser un ejemplo para los creyentes en tu modo de hablar y de portarte, y en amor, fe y pureza de vida” (1ª Tim 4,12).

"Es que en un mundo donde la universal prostituta del dinero abre las piernas ¿cómo ser buen cristiano?, dirá en hermano en la fe, Carlos Díaz. 

La Ética es una flor muy bella para los chanchos. Etizar la sociedad y socializar la ética es para la mayoría, pretender la cuadratura del círculo".

El hombre, a pesar de sus miserias, es redimible…si quiere. ¡Seamos buenos ejemplos de vida!

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