¿SOLO EL CONGRESO?
Caso 1. En Perú, una prostituta se promovió como candidata legislativa bajo el lema: “una puta decente que hará del Congreso un burdel respetable”. En Ecuador, un grupo juvenil promovió a un burro como candidato al Congreso, aunque la candidatura fue rechazada, “don Burro” consiguió más de diez mil votos en las redes sociales.
Para las
próximas elecciones locales mexicanas, el payaso “Lagrimita” se postuló para
alcalde de Guadalajara, diciendo, entre otras cosas, que “es hora de que un
payaso de verdad gobierne”. Y así, hay otros ejemplos.
En nuestro país, el titular del Congreso, Mario Abdo Benítez, dijo que la institución que preside se parecía a un prostíbulo.
En nuestro país, el titular del Congreso, Mario Abdo Benítez, dijo que la institución que preside se parecía a un prostíbulo.
Una trabajadora
del sexo le respondió que “en los prostíbulos sí se trabaja”, como señalándose
que ellos se ganan el salario sin merecerlo. Estas pocas referencias son
suficientes muestras de la pobre imagen que se tiene de los políticos, y de los
parlamentarios en particular.
Sin embargo ellos, lejos de preocuparse por la
situación, no parecen mover un dedo para siquiera intentar revertir tal triste
condición.
Caso 2. Descabellado proyecto de
ley de tenencia de armas. Acertadamente, la Cámara de Diputados
resolvió postergar el estudio del proyecto de ley sobre armas de fuego
presentado por el diputado Amado Florentín (PLRA).
De convertirse en ley este
desatinado proyecto, va a afectar a 7 millones de habitantes de la República.
Una ley debe ser antes que nada útil para la sociedad; debe ser clara, fácil de
cumplir y no onerosa.
Todo lo contrario de esta que están por
sancionar, que va a ser más bien una formidable mina de corrupción para las
autoridades encargadas de hacerla cumplir: los policías y los militares. Por
supuesto, los bandidos van a seguir teniendo sus armas tranquilamente; los
contrabandistas, ídem.
A los traficantes de armas les importa
un bledo, porque simplemente les aumentará un poco la coima a las autoridades a
las que hoy ya están coimeando. Es decir, esta ley de armas va a joder al
ciudadano honesto que quiere estar en la legalidad y va a facilitar condiciones
para que la corrupción tenga otra importante fuente para la coima y el soborno.
De ser sancionada por el Congreso, el presidente Cartes debe vetarla.
Caso 3. Incontenible podredumbre
política. Los
ministros de la Corte Suprema de Justicia Sindulfo Blanco, Miguel Bajac y César
Garay tienen la espada de Damocles sobre la cabeza, ya que podrían ser
destituidos mediante el juicio político promovido por los diputados en
diciembre de 2014, siempre que los senadores, en grotesca componenda, acuerden
a qué agrupaciones políticas van a corresponder las eventuales vacancias (…)
Nada importante es para muchos senadores
que un ministro de la Corte ejerza bien o mal sus funciones: lo que les
interesa es obtener una tajada en la repartija de altos cargos de origen
constitucional. Urge poner fin a este espectáculo mafioso, que enloda aún más a
nuestra ya desprestigiada Justicia, y convierte a ministros de la Corte Suprema
en rehenes y monedas de cambio de las ambiciones políticas.
Caso
4. Corrupción con rango
internacional. La Justicia Electoral no deja de asombrar a la opinión
pública con escándalos tras escándalos. Ahora se suma que los responsables del
TSJE pretendieron involucrar a organismos internacionales en gastos en que no
incurrieron, tal como aclararon estos últimos.
Es hora de que el Gobierno, a
través de sus tres poderes, realice una intervención a fondo en la Justicia
Electoral con el propósito de sanear la institución. (Fuente: Editorial diario ABCcolor
- mayo 2016). Estimado lector, ¡usted tiene la palabra!...
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