domingo, 5 de junio de 2016

¡¡¡SACERDOTE - PROFETA – REY!!!

COMPROMISO BÁSICO DEL CRISTIANO

sacerdotes-tamaulipasDenominarse cristiano supone seguir fielmente a Cristo. Ser cristiano, por consiguiente, es un estilo de vida por acción libre y amorosa. Es hacer siempre bien, el bien.

Así las cosas, el cristianismo no es para cobardes, que temen desproteger su “yo” por los dardos y calumnias que supone remar contra corriente, llamando a las cosas por su nombre y viviendo con conciencia recta, aunque tal conducta, muchas veces, atente contra los dogmas sociales hoy. Este es el triple compromiso del bautizado:

Sacerdote: “El sacerdote trabajar para Dios, no sólo para el hombre”, dirá Juan P. II. El sacerdocio común y el ministerial están ordenados el uno al otro. Se vive el sacerdocio dando testimonio de Cristo, y razón de la esperanza en Él y en la vida eterna. El laico actúa ofreciéndose a sí mismo. Un miembro separado es un miembro muerto.

Profeta: Es aquel que vive dos realidades al mismo tiempo. Por un lado, anuncia la buena noticia, predicando y viviendo lo que predica. Y sólo entonces el profeta es un instrumento que transmite la voluntad divina a los demás. Por otro lado, denuncia los pecados de la sociedad actual. Así, asume el desafío de vivir radicalmente su compromiso, actuando en y como Iglesia.

El día en que Jesús enseñó las bienaventuranzas –dirá Carlos Díaz - firmó su sentencia de muerte, pues, no puede predicarse algo tan "contrariamente horroroso" a la filosofía de este hedonista mundo, sin que los terrícolas narcisistas acaben vengándose, llevando al predicador a su tormentosa muerte.

Porque decir: "dichosos los que sufren...los tristes...los que tienen hambre...(Mt 5, 1-12), es el mejor camino para ganarse enemigos. Y la crucifixión no podía estar lejos cuando agregó: " ay de vosotros los ricos… de los que ahora están satisfechos porque ya habéis recibido vuestro consuelo... ay de vosotros que ahora reís...porque gemirán". (Lc, 6-24).

Rey: Título real otorgada a Cristo, Él transmite a sus seguidores para hacerles capaces de testificar su servicio en el mundo. En palabras sencillas, el verdadero Rey es aquel que gobierna con justicia sirviendo a su pueblo. No es el soberano déspota y tirano que se hace servir.

Al punto San Agustín nos recuerda: "No se entra a la verdad, sino por el amor" Amor que se traduce en magnanimidad, humildad, entrega y gran dosis de coraje para pensar la verdad, decir la verdad y hacer lo justo. ¡Así actúa el verdadero Rey!. 

El cristiano que vive su compromiso (de sacerdote, profeta y rey) con coherencia, es libre, valiente. Goza de paz interior, a pesar de sus humanas debilidades. No se arruga ante el qué dirán.

Cuentan que Leonardo da Vinchi se quejaba ¿?: “Señor, tú nos das dones, pero nos pides a cambio, dolores, trabajo, cansancio”. Es curioso que nunca como ahora el mundo tuvo tantos enseñadores de virtudes y ética, pero también, como nunca, pocos practican lo que hablan.

Así las cosas, es urgente hablar de lo esencial en favor de tantas ovejas desorientadas con el reloj en la mano, no sine die, como gustan cacarear ciertos "sumos pontífices del impresionismo" lingüístico, perennemente perdidos en diarrea dialéctica. .

Hay dos tipos de cristianos: el de los justos que se creen pecadores y luchan por superarse, el otro, los pecadores impenitentes, que se creen justos. Estos carecen de capacidad para sentir vergüenza y dolor por el mal causado a él mismo y a otros. (Carlos Díaz)

¡Seamos de aquellos que trabajan pendientes de la aprobación de Dios y de nadie más! Es éste el verdadero compromiso de vida cristiana. 

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