lunes, 13 de junio de 2016

ATYRÁ: CIUDAD MODELO

DON FELICIANO: ¡¡INTENDENTE  MODELO!!

La voluntad es más firme cuando lo que quiero y quiero lo que . Autoridad – en sentido correcto y real - significa servicio, ayuda, auxilio. Luego, solo es deseable autoridad que auxilia, la que sirve, la que aupa, la que te eleva sobre sus propios hombros: esto no impedirá que ella sepa decirte  en su momento una palabra dura, pero sin aspavientos histerias, con buenas manera aunque con firmeza. (cfr. C. Díaz – 10 Palabras claves…p.28)

Don Feliciano Martínez Morales exintendente del municipio de Atyrá (periodo 1991-1996) inició un proceso de cambio revolucionario que duró cinco años basado en la participación y en la autogestión que culminó con la consagración de Atyrá como la "Primera Ciudad Saludable del Paraguay" y la más limpia del Paraguay certificada por la Organización Mundial de la Salud y el Gobierno Nacional, el 7 de Abril de 1996.

Don Feliciano es un gran ejemplo para la sociedad paraguaya. Enseñó con el ejemplo a los miembros de su comunidad, que una ciudad “puerca-jaré” es grave atentado a los derechos humanos. Entendió, como pocos, que la política es el más grado de la caridad volcada hacia el bien común, según varios Papas. Su testimonio de vida hizo posible ser protagonista del cambio colectivo y efectivo.

Libre de mezquindades, se donó en la acción y trabajó duro sin esperar “alguna ayudita” y no le importó el color del trapo partidario de sus conciudadanos. Protagonizó una “revolución personal y cultural” (al estilo de Mounier), sacudiendo a la gente de su beata somnolencia. Dio la espalda a la politiquería dañina y roñosa; apostó firme a la responsabilidad cívica y al solidario bien común.

Dictó cátedra – no hablando, sino haciendo - sobre el tan cacareado Cambio: Conciencia ciudadana, autogestión y honestidad. Apostar al bien común significa gobernar “con y para” el pueblo; lo que supone no tener tiempo para “poseer todo y pronto para sí”, sin frenos ni barreras.

“Yo quiero un Paraguay diferente. Y el paraguayo vale, el paraguayo puede”. Con esta convicción don Feliciano Martínez  convirtió a Atyrá en la ciudad más limpia del país y una de las más limpias del mundo. De las 632 casas que había en Atyrá, unas 512 contaminaban el medio ambiente cuando se inició el proceso de cambio que terminó por erradicar la contaminación, la miseria y el abandono.

El trabajo se basó en un modelo de autogestión participativa e incluyente, en el cual cada ciudadano asumía su cuota de responsabilidad: cada quien se ocupaba de limpiar su casa, su patio y la vereda. Cada vecino se convirtió en pieza fundamental de las tareas de mejoramiento de la ciudad, de la educación y de la calidad de vida de la comunidad…. Su dedicación era incansable: era el primero en salir a barrer la vereda de su casa, para luego continuar con la limpieza de las plazas y las calles.

En un principio lo consideraban un loco y en muchas ocasiones la gente volvía a ensuciar los lugares que él limpiaba con tanto sacrificio (…) “Nosotros no tenemos riquezas materiales, nuestra riqueza somos nosotros”. La convicción de don Feliciano era contagiosa…Decía que “juntos podemos hacer grandes cosas en esta patria querida”.

Y sostenía sus palabras con el ejemplo, con la dedicación diaria al trabajo, con la honestidad y el espíritu de cooperación. (Cfr. Enfoque Paraguay- Héctor Farina - sábado, 18 de octubre de 2008).

Conclusión: La verdadera autoridad nunca se sirve del otro, antes bien, se esfuerza en servir. No buscan la foto para obtener voto mientras cortan la cinta que inaugura algunos metros de empedrado a costo faraónico.

¡Desgraciada la comunidad donde los mandamases no son los mejores, y feliz aquella otra donde lo contrario es normal! (cfr. Carlos D. -10 Palabras claves para educar en valores p.28).

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