¿SODOMITISMO POSMODERNO?
Me apresuro a decir que sin lugar a
dudas, el tema es complicado porque da lugar a distintas opiniones, solo afirmo
con convicción mis creencias, sin pretender imponerlas al lector. Cada quien lo
tomará como quiera o pueda dependiendo de qué tan sólida osatura moral posea o de
averiada conciencia…
El Dr. Gindin dice: “En el hogar y en la escuela, nuestros padres
y maestros probablemente se han preocupado por enseñarnos todo lo necesario
para la vida, pero no a hacer el amor. A hombres y mujeres les han hecho creer
que se nace sabiendo eso”. (José Luis & Silvia Cinalli - Sexualidad
Sana para una Vida Plena- p.7).
¿Qué
tan cierta es tal aseveración? No es necesario ser estudioso para saber
que la fauna terrícola ha manifestado siempre conductas contradictorias como
estilo de vida; dando rienda suelta a sus gustos, placeres
y pareceres, en el oscuro mundo de las pasiones. No faltan quienes aducen
para explicar – más que justificar - derechos de su libertad individual ante
las más groseras aberraciones.
Este desatino
conductual tiene “bendición” y vía rápida a través de la globalización basada en
la creencia que por medio de la cultura se manifiesta la integración con otros
pueblos y costumbres (¡Aleluya! si tal mundialización-globalización sean perennes e inmutables valores y
principios... y no la destrucción devastadoras contrarias
a la ley natural (homosexualidad, pedofilia, zoofilia… entre otras extendidas
aberraciones).
Al deseo descontrolado la Biblia llama lascivia,
una incontrolable tendencia de la voluntad a arder en deseos y satisfacer, por
ejemplo, el apetito sexual. Y ¡pobre angá de aquella persona que no satisface
sus deseos…es coartada nomás luego su libertad de vivir!.. chillarán los
pontífices defensores del carpe diem.
Así las cosas, hacer el amor y
tener sexo… para muchos son la misma cosa. El sexo
es un evento o acto físico. Entonces, ¿Por qué escandalizarse si hay diferentes
tipos de sexo perruno entre un hombre y una mujer, dos mujeres, dos hombres,
más de dos personas, con animales o con uno mismo?.
Luego, hace su esplendorosa
aparición el nuevo “becerro de oro”… el cultuado “grial”: Lo antinatural; pansexuales,
polisexuales, asexuales, la homosexualidad (atracción hacia
personas del mismo sexo) y la bisexualidad (atracción hacia personas de
ambos sexos) y otros, que son actos inmorales y depravados, por causa de una
mentalidad transgénero.
El deseo descontrolado
nos saca de nosotros mismos, nos desubica, nos dispara y proyecta, nos vuelve
excesivos, hace que vivamos en la improvisación, el desorden y el capricho,
máximas expresiones de la libertad llevada al paroxismo. El deseo controlado
reivindica la vida, el placer, la autorrealización, la libertad. Viven al ritmo
que les marca el deseo, es como un caballo que hay que amaestrar para
conducirlo. (cfr. IMT Instituto Mentes Transformadas
- Consejería para restaurar la conducta sexual).
La
lujuria repugna en absoluto al que es miembro de Cristo y templo de la Trinidad
divina (1ª Cor 6,12-20). Y se puede pecar contra la castidad con actos sólo
internos. Cristo nos enseña que «todo el que mira a una mujer deseándola, ya en
su corazón comete adulterio con ella» (Mt 5,28).
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