lunes, 15 de junio de 2015

DESTROICAR…. “LA CARRERA DE LA MUERTE”

¡CUANDO  SE PUEDE  HACER ..... PERO  NO  SE  DEBE!

El matutino Extra de fecha 15.06.15 expresa: “Carrera de la muerte”, película que inspira a los competidores. Show de choques tiene aval de la Municipalidad de Los Cedrales…

“La adrenalina que te sube no se puede explicar. Tal vez algunos digan que estamos locos, pero solo el que está al volante en ese momento puede entender”, expresó Richard Báez, uno de los participantes del Destroicar. Se trata de una competencia de choque entre autos, en el que resulta ganador el más destrozado que quede en pie……

“Es un show que tiene sus riesgos. Ahora, si la municipalidad da permiso, la Policía no tiene potestad de suspender el evento”, dijo Darío Aguayo, titular de la Jefatura Policial del Alto Paraná. El uniformado expresó que los inspectores municipales deberían verificar los riesgos a los que se exponen estos conductores, para evitar tragedias. “Si alguien muere, ahí tenemos que ver quién es el responsable”, agregó.

“El intendente, Salvador Cano, autoriza luego de enviar a inspectores a verificar el circuito, los autos y las reglas”, expresó Ricardo Mendoza, organizador del Destroicar. Agregó que en la primera edición no se registró ningún herido dentro de la competencia”.

Preguntas: ¿por qué se permite una actividad lúdica que puede poner en riesgo la vida humana? ¿Qué motivación es la que supera la exposición al peligro? ¿No cabe esta potencial “tragedia legal” interpretar bajo la figura de exposición al peligro? ¿Quién será responsable en caso de ocurrir muertes?, con otras palabras ¿Tiene que morir primero alguien, para tomar las "medidas necesarias"?

A propósito, me sirvo del escrito de José R. Ayllón (En Torno al Hombre p. 201), lo que sigue: Cuando se puede hacer pero no se debe: …“hay cosas que honradamente no se pueden hacer, aunque sean posible y se hagan de hecho; y cosas que no se pueden dejar de hacer, aunque de hecho se dejen”. Uno puede pasar de largo ante un escaparate y ante un accidente de carretera, pero en el segundo caso ha obrado mal.”

“La distinción entre lo que se puede y lo que se debe hacer, entre los comportamientos posibles y los comportamientos justos, parece clara. Ahora bien, ¿dónde encontrar el criterio que nos permita distinguir lo justo de lo injusto?. La bala que mata desconoce la causa y el efecto de su trayectoria. Por el contrario, el hombre que dispara está en condiciones de juzgar sobre lo que hace”.

En relación lo antes mencionado, ¿cuál es la diferencia en este show de choque entre autos, en el que resulta ganador el más destrozado que quede en pie? ¿Por qué ya no se legaliza  las carreras famosas clandestinas de motociclistas, con apuestas? Así se evitará que cientos de menores queden demorados y decenas de motocicletas incautadas “estorben” en las comisarías.

¿Tendremos alguna vez autoridades con conciencia recta para hacer bien lo que deben hacer?. Obrar en conciencia también lo es, incluso cuando lo que se hace no está de moda ni bien visto o no simpatice al elector.

Un conocido aforismo dice: “la culpa no es del chancho sino quien le da de comer”. Luego, hemos de preguntarnos golpeándonos el pecho ¿cuánta responsabilidad es de la sociedad que elige y mantiene a los políticos en los cargos de verdaderos pretores?.  ¡Ajepa ñande tavy añeteté voi!

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