lunes, 25 de noviembre de 2013

TÉCNICA, PROFESIÓN Y ÉTICA (I)


¿Qué calificación tenemos?

La técnica ha metido sus “narices” en todos los aspectos de la vida actual. Técnica, es por tanto, destreza y habilidad en acción para hacer las cosas y logra buenos resultados. Las profesiones no escapan de la técnica.

Un buen profesional tiene que conocer como plantear soluciones a los problemas de su actividad profesional. Luego, la técnica se muestra como gran herramienta al servicio del hombre para lograr sus objetivos, pero no es suficiente para ser moralmente responsable en el ejercicio de su profesión.

Por consiguiente, si algo es posible – dice Augusto Hortal A. en su “Ética General de las Profesiones” p.61 – ya solo hace falta que alguien lo desee, para que sea hecho…. La cirugía estética se propone hacer  de la belleza un problema técnico…. Hay técnicas de marketing para generar necesidades; técnicas de modificación de las conductas y hasta se invita a aprender “como ganar amigos”……

En el ámbito tecnificado, la responsabilidad se diluye; se llega a echar la culpa a la máquina o al “sistema” del mal funcionamiento de personas e instituciones. El ejercicio profesional, al tecnificarse, hace que se diluyan aspectos éticos de la profesión.

El profesional pasa a ser un técnico instrumentalizado por el proceso, por la empresa o el cliente para el que trabaja. La única virtud es capacidad y habilidad para obtener resultados que otros desean. (p. 62).

En la vida profesional tecnificada, los roles y funciones están previamente definidas; ésta hace que el profesional sea una pieza sustituible. Por eso, el que se afana en plantear problemas éticos, tiende a ser sustituido por otro, que se limite a cumplir con “su” cometido.

Los automatismos tecnológicos ponen muchas probidades morales individuales al servicio de fines cuestionables, rara vez cuestionados.

Así las cosas, una panorámica mirada hacia las profesiones y profesionales que cada año “escupen” nuestras universidades al mercado laboral y considerando que hacemos gala de graves desajustes éticos, deberíamos – aunque más no sea tímidamente - preguntarnos: en cuestiones de ética profesional … ¿Cuál es la calificación que nos corresponde?

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