domingo, 10 de noviembre de 2013

INSTITUCIONES NO HAN FUNCIONADO, NO FUNCIONAN…


¿Funcionarán… en este “nuevo rumbo”?

La terrible dicotomía que padecen muchos funcionarios públicos, separando la fe de la ética, es grave motivo para este largo y antiguo lamento: Las instituciones no funcionan. Mucha literatura, ensayos y propuestas ha corrido sobre el tema; poco resultado se ha obtenido. Luego, el problema está en el funcionario con conciencia averiada.

Esta incontenible catarata de groseros escándalos que salen a luz, hace que en el extranjero seamos mirados con desprecio, evidencia indisimulada discriminación que sufrimos, al exhibir, por ejemplo, nuestro pasaporte en ventanilla de cualquier aeropuerto.

¿Cómo es posible que no se pueda mejorar estos vicios de larga data? Algunos ejemplos:

1. Las autoridades no detienen la destrucción acelerada de nuestros bosques y riquezas naturales. Nada se hace con seriedad para castigar a los responsables de la deforestación, el rollotráfico, la contaminación de ríos, arroyos y lagos, el represamiento por particulares de los cursos hídricos. El lago Ypacaraí – nuestra postal – hoy simplemente una cloaca. Los violadores se burlan de las leyes. ¡Una vergüenza!

2. Cinco años de permanencia irregular del “defensor” del Pueblo, Manuel Páez Monges, quien entre otros cuestionamientos cuenta con una denuncia de corrupción en su contra, que está siendo investigada por la fiscala Liliana Alcaráz. Sin embargo, la causa aún no ha tenido grandes avances, y todo parecería apuntar a que la selección de un reemplazante para Páez se dilataría nuevamente hasta 2014. (ABC 10.11.13 p.6)

3. Productos de contrabando invaden el mercado local. La Aduana está superada en su capacidad de control –por ineficiencia o corrupción– y no se tienen otras respuestas efectivas por parte del Gobierno. Esta situación genera, además de las dificultades económicas por la evasión y otras, un problema social: el creciente número de personas dependientes laboralmente de esta actividad ilegal.

4.  Las grescas que a diario se producen dentro y fuera de los colegios en estos días de exámenes finales pueden desembocar en algún momento en una tragedia, de no mediar acciones urgentes que deben partir de la autoridad central. Muchos califican de intrascendente el reciente acuerdo “de no agresión” firmado apuradamente por autoridades, padres y alumnos de los colegios Pdte. Franco y Nacional de la Capital. Los que incurren en actos vandálicos deben ser sancionados ejemplarmente, antes de que sea tarde. (ABC 10.11.13).

Agréguele otras tantísimas instituciones que no funcionan. ¿Qué hacer? ¿Cómo hacer? ¿Quién podrá hacerlo?. La impotencia nos abruma, pero la esperanza nos empuja a no claudicar, a luchar y a creer que si queremos… ¡podemos!.... porque como el registro Bíblico, señala: donde abunda el pecado.. sobreabunda la Gracia. Mientras tanto, hagamos cada uno nuestra parte…

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