lunes, 4 de noviembre de 2013

HABILIDAD PARA AMAR HOY


¿Cómo.. y a quién?

Nadie ignora que vivimos la hora del desencanto, se ha perdido la fe. La sociedad vive en crisis, la incertidumbre, el miedo y la inseguridad han ganado espacio. La desconfianza y la sospecha oscurecen nuestra vida diaria.

Desconfiamos de todo y de todos. Somos despiadadamente atacados por la enfermedad de la sospecha. El matrimonio, piedra fundamental de la sociedad no está a salvo de este flagelo.

Amar de verdad significa: “No te pondré condiciones”, “Te respetaré como persona”. Implica lealtad, valoración y reconocimiento de la individualidad de la novia, del amigo, del vecino, del compañero de trabajo, del cónyuge.

Ocurre que para la mayoría de la gente, lo sabemos todos, el problema del amor consiste en ser amado y no en amar – dice E. Fromm. Y para alcanzar ese objetivo, no pocos hombres, transitan diferentes caminos, como la búsqueda del éxito, el poder y la fama, el traje, la corbata, el auto, la cátedra.

Muchas  mujeres se esmeran en ser atractivas por medio del cuidado del cuerpo, la ropa y cierta dosis de popularidad, (modelitos, conejitas y madrinitas que aparecen aquí y allá). De lo dicho, se concluye que el amor no es el resultado de la satisfacción sexual, ni es hijo del placer sexual, ni del uso de “técnicas sexuales” adecuadas.
En estos tiempos posmodernos, donde todo se ha relativizado y convertido en light, el “morirse” por un amor es casi rutinario. Ahora los jóvenes y niños, incluso, frecuentan el amor físico con tanta facilidad y precocidad, considerando la función amatoria como un juego placentero (puro acto  perruno, como lo definiría un colega).

El ágape representa el amor de Dios, y por lo tanto es el único verdadero amor, en el sentido estricto y total de la palabra. Decíamos al inicio que amor es afección, suavidad, cariño solidaridad hacia el “otro”.

¿Cómo se entiende entonces que en ciertos países europeos se aprecia más la vida de un perro que la de un marroquí o “sudaca”?. (al perro se le mima y al “extranjero” se lo trata como perro despreciable o perro de la peor categoría)  ¿No lo cree? Pues oiga los testimonios de muchos paraguayos que han sido “vomitados” de nuestra primera “madre patria”. 

Y en Paraguay la cosa no es diferente. ¿Por qué no se legaliza el trato preferente de los perros sobre las personas?). ¿Dónde y cómo queda el tan cacareado amor al prójimo? Nuestra conciencia demanda imperiosamente una respuesta sincera.

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