“Consumista consumido por
el consumo que lo consume”
A Buda le consultaron: qué es lo que más le sorprendía
de la Humanidad. El respondió:
“Los que pierden su salud por juntar dinero y luego
pierden dinero para recuperar la salud. Que por pensar con ansia en el futuro
olvidan el presente; no viven ni el presente ni el futuro. Viven como si nunca
fueran a morir y mueren como si nunca hubiesen vivido”.
Naturalmente, consumir no solo no es malo,
sino que es necesario para saciar necesidades. El dilema es cuando el consumo es
insano. El diccionario (RAE) define el consumismo: “La tendencia inmoderada a
adquirir, gastar o consumir bienes, no siempre necesarios”.
El modelo de bienestar de la sociedad hoy se
basa en “tener y acumular bienes”, lo cual “justifica” que aumente el
consumismo. Si el objetivo es tener muchas cosas, la principal actividad es
tener cosas de forma inmoderada (DRAE).
Así también se consume la triunfal prensa caliente
y picantosa que adoba con escándalos aventuras de Rociíto y Toñito. Luego
imitarán a los tales, su modo de vestir, desnudez, de mal hablar, corte de pelo
horrible, etc, es que la moda manda, estupidiza… ¿y qué?
Se consume futilidad (vyrorei) y sucios programas
porque la gente lo acepta. “Así, en un mundo pagano donde siempre la universal
prostituta del dinero abre las piernas, ¿cómo llevar a cabo con seriedad el
cristianismo?”, dice C. Díaz-Corriente Arriba p. 90).
Me pregunto: ¿Qué tanto necesito lo que
compro? ¿Es necesario o tan solo un deseo? Lo
que consumo sin necesidad es exceso. Si las
compras que hago obedecen tan solo a mis deseos o antojos…sencillamente son
malos, y si me convencieron…¡tanto peor!.
Quienes defienden el consumismo creen, quizá,
en un desarrollo socioeconómico, que se ve en la buena paga de cada terrícola. Se
dice que la sociedad consumista, contribuirá a hacer a las personas mucho
mejores y más felices.
“Lo mejor, lo más nuevo y lo más lindo”.
Ésta es la idea que gobierna las decisiones de compra de cada vez más consumidores.
Ya no se trata de comprar para satisfacer básicas necesidades básicas, sino cumplir simplemente
un ardiente deseo.
Los medios masivos de información nos
bombardean con publicidades que orientan a seguir modelos de conducta, que asocian
la felicidad con el “tener los más nuevo objetos”. En síntesis: “Ser
es tener cosas, mostrar y estar satisfecho”.
Afirma el sociólogo y filósofo Zygmunt
Bauman, “la sociedad contemporánea integra a sus miembros, fundamentalmente,
como consumidores. Para ser reconocidos, hay que responder a las tentaciones
del mercado”.
Entonces surge la pregunta: ¿Un pobre, no
puede ser feliz? El humano vale más que sus bolsillos, aunque estos estén
llenos o vacíos, porque el valor está en su corazón. ¡Felicidad es fruto de paz,
de un corazón limpio al vivir con honestidad y ayudando a los demás.
Oración: Señor, que te hiciste pobre para enriquecernos
a todos, ¡enséñanos a seguir tu ejemplo y vivir tu bienaventuranza! Bienaventurados
los pobres de espíritu, porque de ellos es el Reino de los cielos. (Mt 5,3).
Padre, te agradezco por darme
un día más de vida. Que este día sea de paz. Gracias por darnos salud y
bendice todos nuestros anhelos, mi familia, el trabajo y los amigos. Y que no critique a nadie. Amen.
Obs: (Se describe una realidad...no se juzga conciencia)