Las palabras son sólo ruido si no nos
dicen nada. Las palabras son algo peor que un ruido si nos enseñan mentiras.
(Fernando Pascual-Catholic.net) La calumnia, al parecer, se ha vuelto un
clásico. Hay terrícolas de lengua larga, venenosa y fácil.
Para Reflexionar en Cuaresma. Este artículo
es parte de una exposición de Monseñor
Ariel Torrado Mosconi, Obispo de Argentina, en el Congreso
Internacional de la XXXIV Semana Tomista, año 2014, con el lema “Vida
virtuosa y vida política”.
Hoy mucha gente no tiene interés ni
capacidad para cuestionar con recta conciencia nuestra situación política. En
rueda de tereré se escucha algunas de estas conocidas excusas:
* “Tenemos problemas con la salud, trabajo, vivienda, inseguridad, ere eréa. Por eso se justifica la desconfianza
y enojo hacia los políticos, considerados enemigos del pueblo.
Las circunstancias, nuevamente nos pone
a días de elegir un intendente municipal en CDE. Ello mueve a una efervescencia
política que casi se desborda, por la intolerancia y descalificación a que echan
mano los operadores políticos, aquí y allá, por éste o aquel medio.
Un mínimo de sentido común advierte que los bienes materiales
son necesarios para que el hombre desarrolle una vida
digna. En algunos
casos, la abundancia -no el lujo- son aceptados como
bendición.
“La Fábula de las Abejas”- Vicios
privados, virtudes públicas, es en realidad, versión ampliada de “Los
sinvergüenzas se vuelven honestos”, publicada en 1714.
Su autor, Bernard de Mandeville, médico
holandés soportó muchas críticas. Pero también, fue admirado, tanto que en 1729,
su obra ya sumaba nueve ediciones.
Afirma Josep
Pieper en su libro “Las Virtudes Fundamentales” p. 16: La primera entre las
virtudes cardinales es la prudencia (…) ¿Qué significa, la supremacía de la prudencia?
Quiere decir que la realización del bien exige conocer la verdad. «Lo primero
que se exige de quien obra es que conozca», dice S. Tomás de Aquino.
¡IMPUNIDAD PRESENTE! (No puedo evitar exponer mis tribulaciones,
¿por ignorancia emocional?)
Felizmente, el adagio afirma: “No existe
el mal absoluto”. Este aserto se evidencia en aislados casos de gente que
devuelve una cartera con millones de guaraníes, entre otros gestos positivos de
solidaridad que resaltan en medio de tanto caos y corrupción de nuestra
enanizada fauna. Dicho lo cual… el ¡equipo malo”, todavía, gana por goleada al
“bueno”. ¡Cualquiera delinque, porque se sabe impune.!
Para examinar la
conciencia, Ignacio de Loyola sugiere pedir a Dios: Conocimiento de los
pecados. Conciencia de malas acciones, para aborrecerlas y corregirlas. Así las
cosas, es necesario examinar nuestros actos, aunque sea ésta, tarea desagradable.
La RAE define: “plebeyo”,
persona que no es noble ni hidalga, es decir pertenece a la plebe, la clase más
baja pero no en cuanto a su capacidad económica, sino a su idoneidad cultural.
(Ciertamente, no son pocos ¡los ignorantes ricos!)
Seguimos con
la segunda parte de las lecciones del Dr. Secundino Núñez.
Dinamismo delHombre: (Valores terrestres, humanos y sapienciales)
El hombre no es un ser estático. Es
dinámico y gracias a este dinamismo sale de sí mismo y camina hacia su propio
crecimiento. Se señala de manera sencilla las grandes avenidas por donde la
actividad del hombre circula, en permanente búsqueda de su propia plenitud
existencial.
La “persona”, fuera de su credo, ideología,
raza y nivel cultural, es depositaria de “valores fundamentales e
inalienables”, porque en ella radica su “Dignidad”. Pero, en la sociedad
actual, el crecimiento “científico–técnico” del mundo, no aporta a la calidad
de vida del hombre.
La definición que la RAE ofrece para cortesía es:
“Demostración o acto con que se manifiesta la atención, respeto o afecto que
tiene alguien a otra persona”. La cortesía, por lo tanto, es una expresión de las buenas maneras o del reconocimiento de las normas sociales que se consideran como
correctas o adecuadas.