miércoles, 27 de febrero de 2019

AUTORIDAD AUSENTE…


                     ¡IMPUNIDAD PRESENTE!  
(No puedo evitar exponer mis tribulaciones, ¿por ignorancia emocional?)

Felizmente, el adagio afirma: “No existe el mal absoluto”. Este aserto se evidencia en aislados casos de gente que devuelve una cartera con millones de guaraníes, entre otros gestos positivos de solidaridad que resaltan en medio de tanto caos y corrupción de nuestra enanizada fauna. Dicho lo cual… el ¡equipo malo”, todavía, gana por goleada al “bueno”. ¡Cualquiera delinque, porque se sabe impune.!

Para José Luís Simón, nuestro país está en un sistema de sociedad civil calificado de anómico: no se cumplen las leyes, no se respetan las instituciones, los valores o a las autoridades. Estamos en una pendiente de ascenso de la criminalidad…"Paraguay se convirtió en un inmenso lejano oeste” (U.Hora 01.02.16).

Entre las perlas, harto conocidas de nuestras costumbres -que no tienen nada que se parezcan a otra nación – arrojar residuos cloacal a la calle, usar veredas como negocio o estacionamiento, atropellado derechos del peatón, polución sonora, y demás conductas matoniles propias de nuestra fauna guaraní.

Carlos Díaz dirá: “En una sociedad así, hay abuso del poder político, jurídico, económico y policial, desviación especulativa del dinero, confusión entre lo público y lo privado, administrado aquello en función de intereses particulares, discrecionalidad de los medios de masas, uso y abuso de la mentira como forma de comunicación,.

Injusticias que claman al cielo porque el derecho penal cae sobre el pobre, mientras el constitucional, engorda al rico, alardeando de su impunidad. Suplantación de lo legítimo por lo legal, bosque de leyes inútiles; violencia, desprecio de la vida, corrupción, evasión fiscal, tráfico de influencia, de drogas, gatillo fácil, secuestros, etc.

Entre el miedo e impotencia, desconfianza y maledicencia, entre frustración y desesperación, en verdad ¿qué son – se preguntaba san Agustín – los reinos sino grandes latrocinios cuando no existe justicia? Hay maridos que venden a sus mujeres, y madres que venden a sus hijas. En esta moderna Babilonia, la mitad del mundo vende a la otra mitad. La otra mitad compra.

El caos sigue cuando ministros venden su país, diputados venden su conciencia, electores venden sus votos, generales venden sus ejércitos, jueces venden las absoluciones o condenas, hombres influyentes venden los empleos, los cargos y privilegios de que disponen, abogados, procuradores y oficiales judiciales venden a sus clientes.

Una libertad de movimientos en la pecera común donde el pez gordo se come al pez chico, el zorro pasea en el gallinero. Los defensores de esta teoría imaginan seguir pudiendo devorar sin trabas a los más débiles hasta el fin de los tiempos, o al menos hasta la desaparición de todos los débiles.

Dicho más sencillamente, si cabe, en forma de diálogo: «Yo, el gordo, te devoro a vos, el flaco, porque si no te devoro no tendré fuerzas suficientes para buscarte la comida, que vos por ser débil, no podés procurarte». (cf. El Hombre, animal no fijado p.87).

Esperanza no es ver resultados ya, pero, confiados de que por fin algunos políticos, sobre todo quienes se dicen cristianos, recuerden que san Pablo dijo: “No queremos imponerles lo que tienen que creer…lo que queremos es colaborar con ustedes, para que tengan alegría” (2ª Co.1,24).

Señor político, recuerde que el poder no es el fin de la política, sino su simple instrumento de conducción, promoción y control. (S.Núñez "Situación Espiritual.... p 68).

Es que, con cada cambio de gobierno, ¡esperamos que algo mejore!

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