¡¡EXAMEN DE
CONCIENCIA!!
Para examinar la conciencia, Ignacio de Loyola sugiere pedir a Dios: Conocimiento de los pecados. Conciencia de malas acciones, para aborrecerlas y corregirlas. Así las cosas, es necesario examinar nuestros actos, aunque sea ésta, tarea desagradable.
Ello supone mirar
nuestro Yo interior, la “película” de nuestra vida: profesión, obligaciones
particulares, personas con quienes tratamos: familia, vecinos, amigos,
subalternos, superiores, lugares que frecuentamos, diversiones, placeres,
peligros, etc…
El hombre ha
sido dotado de inteligencia, voluntad y libertad, dones que hacen
posible superar su naturaleza caída, para esculpir su propia estatua. Ya se dijo:
examen de conciencia es igual a madurez y valentía: madurez para
soportar las propias miserias y valentía para superarlas. A continuación, el
reto de responder indigestas preguntas…
¿Juraste con mentiras? ¿Incumpliste alguna
promesa? ¿Trataste a los comunes
con desprecio, insultos, amenazas? ¿Son honestas tus ganancias? ¿Eres
cómplice o encubridor de la corrupción de los jefes, amigos, compadres? ¿Obligaste-Indujiste
al débil a jurar en falso?
Si te dices cristiano, ¿educas a tus hijos en la fe, dando ejemplo de buenas costumbres, o te contentas con que tengan más, antes que sean más? Como autoridad: ¿cumples y haces cumplir las leyes? Presidente, ministro, gobernador, intendente, juez, senador, diputado o administrador de la cosa pública…
¿Eres patriota luchando contra robos, sobornos, venganzas, abusos o eres parte del equipo de ladrones? ¿Mataste, heriste o golpeaste gravemente a otro, mandándolo a la cárcel injustamente? ¿Mataste o callaste ante el crimen del aborto?
¿Pagas lo justo (salarios, deudas, precios...) y, es justo -no legal- lo que cobras por tu trabajo? (honorarios, regalías, prestamos.) Devolviste lo robado? ¿Compensaste con justicia el grave daño que hiciste? ¿Compraste sabiendo algo robado?
¿Derrochas el dinero en lujos y caprichos, ostentas escandalosamente ante los pobres? ¿Te sobornan fácilmente? ¿Saboreas los aplausos y alabanzas mentirosas con estúpida vanagloria? ¿Te crees “gerente general del universo” por tu casa principesca, flota de vehículos y ridículo aires de nuevo
Epulón? Hasta aquí, nomás, las indigestas preguntas.
Sólo deben ocupar cargos de autoridad: “Los
mejores, los que cumplen los requisitos de Excelencia Personal”. Autoridad, de latín "auctóritas" – dicen- significa servir. Pareciera, sin embargo, a
juzgar por la actitud de muchos funcionarios que viven del Estado, lo ignoran.
Para los que
ostentan algún cargo de autoridad, me permito la osadía de recordarles lo dicho
por Carlos Díaz, que todos "nacemos desnudos, hambrientos, necesitados
de comida, bebida y ropa, sin oro ni plata. Desnudos vemos la luz del sol por
primera vez.
Desnudos recibe
el cementerio a parias y ricos, y nadie puede encerrar en el sepulcro todas sus
pertenencias. Una ínfima porción de tierra de 2 x 1metros, es suficiente a la
hora de la muerte, lo mismo para el pobre que para el rico, y la tierra que no
fue suficiente para calmar la ambición del rico, lo cubrirá total e
irremediablemente”.
Hoy sufrimos una política morbosamente
rastrera, embrutecida. Aquellos que, desde sus funciones usan los insultos y mentiras con
argumentos fallidos, solo demuestran radical incapacidad para defender sus delitos.
Luego, son vulgares
delincuentes.
Obs: Es
un ataque a la obviedad señalar que, los buenos y patriotas servidores públicos,
están fuera de este comentario.
No hay comentarios:
Publicar un comentario