¡ENEMIGA DE LA VERDAD!
Según santo Tomás de Aquino, todo error tiene por causa la soberbia porque ésta, es como un "apetito desordenado de la propia excelencia". Al soberbio le repugna reconocer su error, aceptar una corrección y mucho menos, obedecer. El soberbio (engreído) no acepta lecciones de nadie. ¿Por qué? Porque se cree autosuficiente y se “emperra” con terquedad en sus errores, matando así muchas posibilidades de rectificar.