lunes, 17 de abril de 2017

¡EL PAÍS DE MIS SUEÑOS!

¿INGENUIDAD….POSIBLE?

El apreciado profesor y maestro Carlos Díaz H., con quien estoy en permanente “diálogo” a través de sus libros, me refuerza la esperanza de que anhelar una sociedad más justa y equilibrada no es un imposible… si lo queremos. “Transitando” por renglones de su libro “El Hombre animal no fijado”, p 35 y 36, encuentro la solución de lo anhelado… si queremos…

“Sabido es que la delincuencia en gran porcentaje es la resultante de las condiciones económicas, sociales y antropológicas y de de la moral ambiente; la mayor parte de los llamados delitos contra la propiedad…

No habrá cárceles, donde por mucho que se transformen, no se regenera a nadie; los antisociales podrán ser tratados de dos maneras: por el destierro de la localidad donde su conducta haya sido motivo de repudio, o, por el internamiento en dependencias de salud pública.

El anti social puede ser un enfermo, y entonces puede ser inútil la cárcel: su puesto está en un hospital… Es que el terrícola de mortal defectuosa, no educado para una sana convivencia, solo cabe su tratamiento alejado de la localidad.

Jurados nombrados por núcleos organizados en congresos o asambleas locales, estarán llamados a resolver sobre cada caso planteado por los antisociales bajo los criterios ya expuestos: el destierro del lugar donde se perpetraron hechos antisociales o la entrega a la sanidad en los casos de actitudes degeneradas.

Pero transformar radicalmente la sociedad no se puede hacer tomando cerveza en casa, hay que trabajar la calle, el campo, la fábrica, el taller, la escuela, la oficina, el yo, el tú, el nosotros, porque eso que algunos llaman “meterse en política”, lejos de ser un delito, es sencillamente convivir con los demás en la misma comunidad y con humanidad.

Hacer política es hacer participar en el bien común, regenerar lo de-generado, tratar de ajustar lo desajustado, poner justicia donde no hay justicia.

Más concretamente, hacer política es construir equipamiento sanitario don no había, mejorar la calidad de la enseñanza, promover el gusto por la justicia, empeñarse solidariamente en la promoción mutua. Esto puede parecer muy poco y muy ingenuo para algunos, pero a otras nos parece hermoso.

La política, en fin, no solamente es algo bueno, sino la expresión sistematizada de la caridad, cosa de  los mejores; si la hacen los peores es porque los buenos no la hacen, de ahí que el peor de los políticos malos sea mejor que el más bueno de los abstencionistas…

Desde que nacemos entramos en la sociedad…y es mejor que nos corrijamos los unos a los otros; de lo contrario tendremos que llorar cuando uno solo o unos mocos nos lleven al matadero como a un rebaño. Lloraremos como rebaño lo que no hayamos sabido defender como personas libres y solidarias.

Démonos, pues, el autogobierno social en paz, con convicción, sin violencia ni imposición, con una maduración que tendrá que ser al mismo tiempo de carácter personal”.

En los últimos dos años la inseguridad en Paraguay aumentó considerablemente. En el 2015 el aumento fue del 19,4% teniendo en cuenta los casos de robos domiciliarios, en la vía pública, más los asaltos a locales comerciales.

Datos estadísticos de la Policía Nacional confirman que la sensación de inseguridad va de la mano con los hechos punibles que afligen a la población. En el 2015 se registraron 4.871 casos de robos, en donde 1.081 fueron robos domiciliarios, 1.967 robos en la vía pública y 1.823 robos a comercios.

Del total de casos, el año pasado hubo 792 más que en el 2014, donde el registro indica que hubo 4.079 hechos. Eso refleja que en el 2015 aumentaron los robos en un 19,4% con respecto al año antepasado. (cfr. Ultimahora.com miércoles 6 de enero de 2016)

Ante estos y demás desórdenes conocidos, ¿no es acaso legítimo pretender una sociedad mejor?
                                                               ¡Feliz Pascua! 

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