¿QUE ESPERAMOS?
Pasan los años y cuando llega esta fecha,
renovamos frases y repetimos promesas de abandonar ciertas prácticas como por
ejemplo: "no serán ya más importante el arbolito y sus luces de colores, mesa
con abundante comidas y bebidas, etc, etc." ¡Esta vez será diferente!: "Pediremos
paz interior, familiar y comunitaria y nos acercaremos a quien “hicimos extraño”, por
nuestra indiferencia, deseándole copiosas bendiciones del Niño Dios.