lunes, 3 de octubre de 2016

PRIMER MANDAMIENTO DE LA LEY DE DIOS:

AMAR A DIOS SOBRE TODAS LAS COSAS

Resultado de imagen para amar a dios sobre todas la cosasDice en su enseñanza del P. Jorge Loring: Amar a Dios no es, precisamente, sentir cariño sensible hacia Él, como lo sentimos hacia nuestros padres; porque a Dios no se le ve, y a las personas a quienes no se ve es difícil tenerles cariño. Dios no obliga a eso, pues no está en nuestra mano. Aunque hay personas que llegan a sentirlo, con la gracia de Dios. 

Amar a Dios sobre todas las cosas es tenerle en aprecio supremo, es decir, estar convencido de que Dios vale más que nadie, y por eso preferirle a todas las cosas. Tú puedes tener mucho más cariño al cuadro que pintó tu hija, que a cualquiera de los cuadros que se exponen en el Museo del Prado de Madrid, aunque reconozcas que estos últimos tienen mucho más valor artístico.

El amor a Dios es apreciativo. Tenemos que amar a Dios porque Él nos amó primero y debemos corresponderle. El amor se manifiesta en obras más que en palabras. «Obras son amores y no buenas acciones». Amar a Dios es obedecerle, cumplir su voluntad. No hacer mal a nadie. Hacer bien a todo el mundo.

Una prueba de amor a Dios sobre todas las cosas es guardar sus mandamientos por encima de todo. Es decir, estar dispuesto a perderlo todo antes que ofenderle. Por lo tanto preferir a Dios siempre que haya que escoger entre obedecerle o cometer un pecado grave.

Es el caso de San Pelagio de Córdoba y de Antonio Molle, de Santa María Goretti y Josefina Vilaseca, que se dejaron martirizar y apuñalar antes que cometer un pecado grave. El joven San Pelagio murió mártir el año 925 por rechazar las proposiciones deshonestas del Califa cordobés Abderramán III.

Antonio Molle, joven jerezano que a los veinte años fue mutilado y martirizado el 10-VIII-1936 durante la guerra civil española. Cayó prisionero de los milicianos en el frente de Peñaflor (Sevilla), y como llevaba un escapulario quisieron hacerle blasfemar. Él siempre contestaba gritando: ¡Viva Cristo Rey! 


Le cortaron las orejas y le sacaron los ojos, y al final lo acribillaron a balazos. Así lo cuenta Rafael de las Heras, testigo presencial. Hoy su cuerpo mutilado está enterrado en la Basílica de Ntra. Sra. del Carmen Coronada de Jerez de la Frontera (Cádiz).

María Goretti, italiana, murió mártir de quince puñaladas por negarse a los deseos deshonestos de un amigo suyo, que después se convirtió y murió fraile franciscano.

Josefina Vilaseca también murió apuñalada en Diciembre de 1952 en Artés, diócesis de Vich, por negarse a perder su virginidad. Tenía doce años.(…) Dijo el Papa Juan Pablo II: «La vida muere, pero la fe triunfa y vive. Así es el martirio. Un acto supremo de amor y fidelidad a Cristo, que se convierte en testimonio y ejemplo, en mensaje perenne para la humanidad presente y futura».

Dice Jesucristo: «el que guarda mis mandamientos, ése es el que me ama». Y San Juan: «En esto consiste el amor Dios, en guardar sus mandamientos». Este mandamiento también nos obliga a creer en todas las verdades de fe; a esperar en Dios, confiando que nos dará las gracias necesarias para alcanzar la vida eterna; a adorarle solamente a Él, darle el culto debido y reverenciarle con el cuerpo y con el alma. Este mandamiento nos manda adorar sólo a Dios.

Este mandamiento prohíbe especialmente la idolatría que consiste en adorar como a Dios a otra cosa o persona. Fuente: Para Salvarte (p. 362-363) Edición 62. Catequesis del P. Jorge Loring.

¿Por qué es tan difícil evitar un mal pensamiento contra el que me habló mal en la calle? ¿Por qué miramos con desprecio al que rompe la fila en el del banco o en cualquier otro lugar? ¿Por qué nos quejamos del gobierno, la policía, el tránsito, el clima y de todo el mundo?

Qué difícil es cumplir lo que dice Jesús cuando dice: Amen a sus enemigos, hagan bien a los que los odian, bendice al que te maldice, reza por el que te lastima. Según Esa es la marca distintiva entre los cristianos y la gente del común. 

Porque cualquiera ama al que lo ama pero el mérito está en amar a quien no nos expresa amor. Así expresa Jonathan, contador profesional, pero escritor vocacional (@Jonathanvl1). En síntesis, ¡no amamos al prójimo porque no amamos a Dios! 


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