¿INVENTO o REALIDAD?
Seguimos con las enseñanzas
del P. Loring: San Agustín dice que no conocemos un tormento que se le pueda
comparar
(…) La Biblia pone en boca del condenado un grito terrible:
«Me he equivocado». Ahora, como no entendemos
bien ni el cielo ni el infierno, no comprendemos esta pena, pero entonces
veremos todo su horror.