¡DESAFORADA AUTOLATRÍA!
A juzgar por el desorden establecido en nuestro país, la decadencia se
nota en la mala praxis en las tareas de nuestras autoridades, por inútiles o
por cómplices, alimentado por la falta de reclamo firme de la sociedad, que no
atina a desperezarse de su “beata somnolencia”.