¿VALOR EN DECADENCIA?
Ante expresiones frecuentemente escuchadas aquí y allá, de personas de
diferentes edades y posición social: “no
quiero ni pensar”, “no pienses tanto,
hacé nomás y punto”, “no hay tiempo
para andar pensando”, entre otras lindezas, es dable suponer que el valor
del pensamiento está en franca decadencia.
No es ningún secreto que en una considerable porción del ámbito
universitario, el hecho de pensar supone titánica tarea. ¿Para qué preocuparse
si la reina computadora puede solucionar muchos problemas?