En el artículo anterior ya hemos comentado someramente sobre la autoestima. En esta ocasión, quisiera extenderla un poco más.
La autoestima requiere necesariamente aceptarse a sí mismo, con defectos y debilidades, con talentos y perspectivas. Si nos auto-rechazamos, abrimos ancho camino hacia el desequilibrio emocional, provocando actitudes que resultan repelentes.