lunes, 9 de mayo de 2011

REUNIÓN FAMILIAR

¿Conflictos a la vista....?

Las reuniones familiares tienen un gran impacto emocional y no están, por tanto, libres de conflictos. Cualquiera tiene experiencia de soportar en una fiesta familiar a un hermano prepotente, un tío grosero, una cuñada envidiosa o algún pariente “ka-ú argel”. Entonces, esas reuniones dejan de ser agradables y divertidas, para convertirse en una enojosa frustración.

Lamentablemente no existen recetas mágicas que garanticen ausencia de conflictos en este tipo de reuniones, pero sí, existen útiles normas de Relaciones Humanas para disfrutarlas sanamente. Alguna de ellas:

      Cuide su valija. Todos cargamos con una “bolsa” de emociones negativas, por algún hecho ocurrido con algún familiar en el pasado. Por tanto, deje su bolsón de malos recuerdos en la puerta antes de ingresar a la reunión.

      Piense antes de hablar. Si lo que queremos decir no es conveniente y puede generar algún tipo de conflicto que luego lamentaremos, es mejor callar. El ñe`é reí, suele provocar enojos. Un antiguo refrán nos recuerda: “Somos dueños de nuestro silencio y esclavos de nuestras palabras”

      Recuerde la “regla de oro”. No hacer a los demás lo que no quiere que le hagan a usted. Por ejemplo, si a usted no le gusta que otros hagan chistes, evite hacer lo mismo con los demás. Otro motivo de tsunami familiar: a nadie le gusta que le digan cómo educar a sus maleducados hijos.

     Cuide sus modales. La confianza que haya entre miembros de una familia no autoriza comportarse como bestia. Deben ser respetadas normas mínimas de educación (gestos y palabras)

     Respete a los mayores. Esta frase es un ataque a la obviedad, sin embargo y curiosamente, muchos adultos mayores sufren la desconsideración y no pocas veces, hasta desprecio de propios y extraños.

     Olvide sus “tragedias”. Una reunión familiar no es un confesionario donde depositar todas sus miserias. Tenga en cuenta que usted no es la única persona que padece problemas en el mundo. Todo humano los tiene. Si algún pariente está atravesando por alguna dificultad o crisis, confórtelo, si puede.

En este tiempo, en que la reunión familiar está en peligro de extinción, es necesario reanimarla y fortalecerla. Cada persona somos diferentes y todos debemos sentirnos libres para participar y crecer en eventos como son los encuentros familiares. Recordemos que reunirse en familia hoy es sencillamente, un privilegio.

Quizá sea válido aplicar durante este tipo de reuniones aquello de: “Viva su vida y deje vivir a los otros”. Aunque .... <jai kuaá voí ningó...>

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