miércoles, 25 de mayo de 2011

TELEVISIÓN Y PORNOGRAFÍA

Patología actual

Es indudable que el magnetismo de la televisión se convierte en un medio muy útil para proporcionar información o despertar curiosidad. Y por lo tanto educa. Pero no es útil a la hora de desarrollar y ordenar pensamientos: porque lo decisivo para pensar son las palabras y en la televisión la palabra comparte protagonismo con las imágenes y la música, afirma entre otras cosas, José Ramón Ayllón en “Desfile de Modelos”.

De suyo, el rol de la televisión no es enseñar a pensar ni animar a pensar. Transfunde ideas, pero impide su discusión por la velocidad y el ritmo que impone su mensaje. La lectura de un libro, en cambio, predispone a pensar, a estar de acuerdo o en descuerdo con el autor; la pequeña pantalla, obligada a contentar a todos, forma cabezas planas y niega la posibilidad de volver atrás para comprobar la coherencia de la información.

La televisión es una de las maravillas de la técnica que ponen de manifiesto los recursos sorprendentes de la inteligencia humana. No es intención satanizarla. Pero su inepto uso y abuso la han hecho merecedora de numerosas descalificaciones: caja boba, telebasura, pornovisión, etc.

No es raro, por tanto, que ciertos especialistas denuncien graves defectos de la Tv, entre los que se destacan su capacidad de cloroformizar y manipular el pensamiento y las conductas, sobre todo en los más jóvenes. Al punto, protesto concreta y enérgicamente contra una pornografía disfrazada de programa de entretenimiento - en realidad, perreo -  que presentan algún medio de nuestra enanizada sociedad guaraní.

En esta descarada pornografía, bajo la hipócrita versión de concurso de baile y arropada además, con carácter de beneficencia, se cultiva y se cultúa una repugnante afición al estado orgiástico cuando el pseudoarte bailable promueve y estimula retorcijos eróticos propios de cópula sexual.

Otro programa siestero también resulta en un confortable vehículo para ventilar debilidades de la vidas privadas y explotar la figura femenina hasta reducirla a la más asquerosa escoria social. Este tipo de programa copiado fielmente de países vecinos, ni siquiera, ha tenido algún “tuneado” o agregado alguna dosis de creatividad. La basura se desparrama en medio de nuestro pasivo y enclenque  imaginario colectivo que consume la carroña, tal cual copian, sin ninguna modificación.

¿Dónde están las valientes e impolutas féminas que dicen defender los derechos de la mujer, cuando ésta, bajo cualquier pretexto, se convierte en barata carne ofrecida al mejor postor? ¿Qué hacen los padres viendo en “familia” este hediondo torrente de pornografía?

El famoso guionista y productor Chicho Ibáñez S., reconoce que la “penetrabilidad del medio es para asustarse, sobre todo entre los niños y jóvenes y explica que la televisión es peligrosa, porque te lo da todo y te castra la creatividad e imaginación” 

Pero asegura que si los niños ven lo que no deben, la culpa es de los padres y agrega: Dejarles ver televisión más de una hora al día es un error, utilizarla como niñera es una aberración, y no meterles a su hora en la cama, es una innecesaria esclavitud.

Y usted, estimado lector, que es juez de mis artículos, tiene la palabra...

                                                    

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