viernes, 6 de mayo de 2011

EL DESEO

Para meditar

El queridísimo Hermano Roger Texier nos dijo en su reciente viaje al Paraguay - Agosto de 2010 - cuanto sigue: Todo deseo apunta a la satisfacción y a la plenitud, por lo que, no es otra cosa que la traducción al nivel afectivo de lo que es el fin, al nivel racional.

El niño aspira a ser joven, y el joven, mayor. El pobre aspira a ser rico, y el rico quiere siempre más y más. Nadie está satisfecho. Nadie dice: “Ya está bien” Sea lo que sea, lo que el humano hace, lo que tiene, lo que es, siempre desea más. El hombre se parece a un caminante que nunca llega a su verdadera patria: la paz, la alegría, la felicidad.

Todos sabemos lo que es desear. Queremos ser sosegados, amables, libres, abiertos. Deseamos estar llenos de amor. Buscamos amor y afecto, confort, una casa más grande, más bella, un auto más nuevo. El deseo es insaciable.

Del pan que comemos, normalmente encontramos satisfacción cuando comemos. Pero de todo, de lo que también vivimos, no encontramos plena satisfacción en nuestro mundo. Nunca logramos satisfacer del todo el hambre de relación, de comunicación, de belleza, de reconocimiento, de amor. El ser humano es demasiado grande para llenarse con lo que la vida le pone a su alrededor. Hasta las cosas que más satisfacen, dejan en el fondo, una sensación de incumplimiento.

En definitiva, en todos los deseos no se manifiesta otra cosa que la nostalgia del paraíso. Nada puede satisfacer realmente nuestro deseo: ni las promesas, ni los aplausos, ni el éxito, ni el dinero. Todo eso puede proporcionar alegría, pero de ello no se puede vivir. No colma nuestro deseo. El deseo es la fuerza espiritual más importante que hay en cada uno de nosotros, es inacabable.

Apunta el deseo a dos cosas: al bien supremo y a la felicidad. Ello, por supuesto, sólo será posible bajo el control de la razón. Sólo la razón podrá redimirnos de nuestro profundo ser contradictorio, pues, buscamos paz y construimos armas. Defendemos la verdad y vivimos en la mentira. Anhelamos ser felices, pero hacemos todo para no serlo. Queremos ser amados y amar, pero odiamos....

Y a usted, estimado lector, ¿qué le análisis le merece el comentario?

No hay comentarios:

Publicar un comentario