viernes, 22 de enero de 2021

¡TUPÃ ÑANDEJÁRA!.. DIOS...¿Por qué sufrimos?


Estas preguntas son recurrentes: ¿Por qué sufrimos? Qué sentido tiene sufrir? ¿Tiene esta pregunta algún sentido? Dice el filósofo Robert Spaemann: el sufrimiento es aquello contra lo cual yo, al menos de momento, nada puedo hacer. Y agrega: 

Todos sufrimos ocasiones enojosas: los esfuerzos humanos no bastan, y ocurre lo que no queremos. El “sentido del sufrimiento” es igual a: “sentido de lo nadie puede querer para sí mismo”. 

No hay límites exactos entre sufrir y no sufrir; porque al hombre -como dijo Hobbes: el hambre futuro ya le convierte hoy en un hambriento. Tenemos miedo del sufrimiento, y ya ese mismo miedo es sufrimiento. 

Dolor físico, malestar, sensación de enojo, no son desde el principio igual al sufrimiento. No todo es sufrimiento. Por ejemplo: 

Si estoy hambriento, procuro comida. Pero, mi agudo hambre no es sufrimiento, si sé que, dentro de media hora comeré. Este mismo caso será gran sufrimiento para el que nada tiene que comer hoy, ni mañana. Igual sucede con el dolor u otros problemas. 

“Si no está en tus manos cambiar un estado que te produce dolor, siempre podrás elegir la actitud con la que afrontes ese sufrimiento”, dice Viktor Frankl, sobreviviente del holocausto, siquiatra y autor de la obra “El hombre en busca de sentido”.  

Frankl, murió en 1997 a los 92 años de edad. Convirtió el sufrimiento en enseñanza, sacando provecho de los años más ingratos de su existencia. 

Al hombre se le puede arrebatar todo salvo una cosa: la última de las libertades humanas, la elección de la actitud personal ante un conjunto de circunstancias para decidir su propio camino. 

Es esta libertad espiritual, que no se nos puede arrebatar, lo que hace que la vida tenga sentido y propósito, es otra de sus frases que ya son su legado a la humanidad. 

Entre 1942 y 1945, Frankl estuvo en 4 campos de concentración, incluyendo Auschwitz. Sufrió torturas inimaginables. Pero, logró sobrevivir; no así su mujer, sus padres, hermano ni su cuñada. También perdió a amigos y colegas. 

Sin embargo, Frankl logró mutar el sufrimiento y la muerte en pensamientos positivos. Muchas enseñanzas forman parte de su libro “El hombre en busca de sentido, aterrador relato de su estadía en los campos de concentración. 

"El valor no está en el sufrir, sino en la actitud que afrontes frente al sufrimiento". Durante todos esos años de dolores, sintió en su propio ser lo que significaba una existencia desnuda, absolutamente desprovista de todo, salvo de la existencia misma. 

Él, que perdió todo, que padeció hambre, frío y brutalidades, que tantas veces estuvo a punto de ser ejecutado, reconoció que la vida, pese a todo, era digna de ser vivida y que la libertad interior y la dignidad humana son indestructibles. 

Frankl razona con palabras de admirable esperanza, sobre el talento humano para superar problemas y descubrir una verdad profunda que orienta y da sentido a la vida.

Divulga que, “la preocupación primera del hombre no es gozar del placer o evitar el dolor, sino buscarle un sentido a la vida”. Bien entendido, no es ni por asomo…masoquismo. 

En tiempos de pandemia, es difícil dar sentido al sufrimiento, pero posible, porque en este caso, el sufrimiento es inevitable. Entonces, el valor no está en el sufrimiento, sino en la actitud frente al sufrimiento”. 

Todo humano tiene aptitud para superar estados traumáticos y salir fortalecidos de ellas”…si quiere y persevera. Lo demostraron Frankl y tantos más…aquí y allá.

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