sábado, 2 de enero de 2021

¡NADIE ES "PROPIEDAD" DE NADIE!

  
Persona, dice S. Boecio y T. de Aquino, es: “sustancia individual de naturaleza racional, es alguien completo, un todo unitario cuyos aspectos fundamentales son la individualidad y la subsistencia. 

Supone que nadie tiene derecho a creerse dueño de otros. Pero hay gente que se cree propietaria. Son gente posesiva, insegura, egoísta, arrogante, ignorante. Causas: miedo a perder a la otra persona o simple deseo de dominar una cosa. 

Luego, ningún pretexto hay para que alguien se proclame dueño de otra persona. No hay derecho a dirigir la vida de otros. Las personas tienen hijos, amigos, parejas, pero, no son dueños de sus vidas.  

Sí, es derecho y obligación de los padres educar, aconsejar, dialogar y guiarlos para ser personas de bien, resolver sus problemas, sus adversidades. 

Las personas, somos padres, amigos, compañeros de trabajo, hijos, abuelos, con sueños y planes para vivir distintas experiencias y modos de comportarse y crecer como personas. 

Lo único que no se elige es la familia y el sexo. Pero cada quien elige pareja, amigos, la carrera a seguir, la vestimenta. Por eso nada nada debe reclamarse -salvo que cometa algún delito. Nadie es dueño de nadie. 

Cada persona debe ser respetada. Las personas tienen sus propios deseos, no es bueno  hacer que otros vivan esclavizados por estúpido capricho. Es imperativo aceptar que, nadie es dueño de nadie

No soy propietario de mi cónyuge. 

Conocida es una canción que se refiere a la posesión de personas como si fueran objetos: Para que sepan todos, a quién tu perteneces, con sangre de mis venas, te marcaré la frente, para que te respeten aún, con la mirada, y sepan que tú eres mi propiedad privada. 

Hay gente, en extremo posesiva. Como si fuera cosa, tiene a su familia como “propiedad”. Antes los enamorados decían “soy tuyo, sos mío”, pero son palabras fruto de la pasión. 

El problema salta cuando uno de los cónyuges se considera dueño de “su” esposo/a. La pareja nunca, bajo ningún pretexto, nos pertenece. Somos dos seres indivisos que unieron sus vidas, pero conservando la “individualidad”. 

Si tu pareja está a tu lado es porque así quiere, no porque lo obligues, no la compraste ni tenes un contrato que indica que es una especie de esclavo moderno, o algo parecido. 

Nadie es dueño de la persona. Ni por su saber, ni por su posición social o económica. Hay personas que se ven obligadas por pobreza material o espiritual a ponerse a disposición de los modernos negreros.

¿Con qué derecho alguien se declara superior a otro? Dios es Padre de todos y se inclina hacia los más desfavorecidos, hacia aquellos que no tienen quien los defienda. 

Solo Dios es dueño y Señor. El salmo 8, realza la grandeza del hombre y a Dios como dueño y Señor de todo: “Señor dueño nuestro que admirable es tu nombre en toda la tierra". 

¿Qué es el hombre para que te acuerdes de él, para darle poder? Lo hiciste un poco inferior a los ángeles, lo coronaste de gloria y dignidad”. Si Dios, nuestro dueño respeta nuestra individualidad, quiénes somos nosotros para creernos superiores al Creador? 

Rompamos la idea que las personas nos pertenecen. ¡No somos dueños de nadie!

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