La educación debe iniciarse en casa. Es
en la familia donde aprendemos a cultivar sensibilidad humana, ideas nobles,
sentimientos de abnegación, servicio, amor a los semejantes.
La familia, además de ser oficina de la
vida y taller donde se plasman las mejores obras, es el vehículo de la
tradición y lazo de unión de lo pasado con el porvenir. Ella es la que estabiliza
a la humanidad. (El Hombre Cooperativo p. 64)
Dice Jorge Loring: Los hijos tienen derecho
y obligación de ser educados por sus padres. Deben obedecer, pero libremente,
no como esclavos. Y sólo es capaz de obedecer libremente quien ama a aquellos
de quienes depende y deben mandarle.
La desobediencia a los padres es más
grave cuando se trata de cosas relacionadas con el bien de nuestra alma:
deberes religiosos, amistades, diversiones, etc. Esta obediencia la deben los
hijos a sus padres, mientras vivan con ellos.
Hoy, el término obediencia, para ciertos
grupos, es atentatoria -ñandéko-, contra “los derechos del niño”. Parecen no
entender que la obediencia de los hijos debe ser una consecuencia del amor a
sus padres.
¡Cuántos niños abandonados no conocen a
su papá ni saben lo que es el cariño de mamá!. A los padres no basta quererlos,
hay que decirlo. No hay amor más desinteresado que el de los padres: no es
mucho pedir que reciban alguna muestra de cariño de sus hijos.
Ahora se habla poco de obedecer a los
padres. Incluso algunos hijos creen que desobedeciendo dan muestras de “independencia
y personalidad”. Ergo, consideran la desobediencia, casi como un valor. Esto es
una equivocación.
Esos jóvenes que no obedecen a sus
padres que les aman, luego obedecen a amigos, a modas, o a sus caprichos que les tiranizan. Obedecen lo malo y rechazan lo bueno. Ser libre no es hacer lo
que me da la gana. Ése es esclavo de sus caprichos.
Libre es quien por voluntad propia hace lo que debe. La persona más libre fue Jesucristo. Sin embargo cumplió con la
voluntad de su Padre. Hoy día es muy fácil que los hijos se contagien con el virus
de rebeldía y libertad desenfrenada del ambiente posmoderno.
«Criticar a falsos maestros, a malos
educadores, a papás tiranos, está bien; pero rechazar la disciplina familiar,
es menospreciar sin compasión a cuantos ejercen la ardua tarea de la educación
y la enseñanza. Presentar como la mejor de las escuelas la anarquía de una
libertad incontrolada, es colocarse al borde de la ruina”, afirma el P. César Vaca.
“Por desgracia, son muchos los jóvenes
que no escuchan consejos. Semejante hostilidad de la juventud hacia la
autoridad paterna supone que se oponen irracionalmente a los beneficios de la experiencia”
(Edmundo J. Elbert: Problemas actuales de Psicología).
Luego, es obvio ver a violadores
violados por su ethos violador, violentar normas, por lo que, la densidad de “violadores”
por m2, crece veloz. Así las cosas ¿somos: 50% delincuentes por acción; 45%;
delincuentes por inacción (buenito mí) y 05% “Vyros remando corriente arriba”?
En el caso que nos ocupa, podemos estar instruidos, pero, evidentemente NO EDUCADOS….
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