Es común que los padres construyamos para
los hijos el mejor de los mundos, aislándoles en lo posible, de la dolorosa
realidad. Y cuando aquellos despiertan, encuentran un mundo hostil, lleno de trampas y mentiras.
El homo sapiens de hoy
(más homo que sapiens), parece estar atormentado por la angurria de “poseer
cosas” a como dé lugar, es decir, sin frenos ni barreras. Es que, todo lo que el
hombre desea le es posible y además, ¿no tiene el sagrado derecho de ser feliz?)
El ruido parece ser irremediablemente una “segunda piel” en la sociedad de
masa posmoderna.
El ruido (música estridente y de feo gusto hoy) está provocando una profunda metamorfosis en el
interior del terrícola actual como en el espacio público.
Los hijos no nacen "tóxicos" Los padres, en general, los volvemos tóxicos. No es secreto que muchos padres ya no saben cómo lidiar con sus hijos “problema”.
El drama se extiende a escuelas donde aquellos acuden, constituyéndose en victimarios
para sus maestras y compañeros de aula. Deseando ayudar, presento un caso real de
esperanza:
El 27.01.2011 (Última Hora digital),
bajo el título “Devastadoras del Idioma”,
ya me había referido a groseros y desagradables errores gramaticales en que cae
mucha gente, que habla “excelentemente” mal, quizá, creyendo que está en “onda”,
con el cavernario socialismo del siglo XXI (¿?) Esta tilinguería lingüística, ¿es
el nuevo “becerro de oro” de nuestra maltrecha educación?
“No comparto tu opinión, pero daría mi vida
por defender tu derecho a expresarla”.(Voltaire).
En tiempos de frenética puja por la
silla presidencial y demás cargos electivos arde, sesos, sangre e instintos de
la fauna política guaraní. Muchos candidatos prometen lo que no cumplirán, y otros
tantos electores opinan, lo que no deberían opinar. Motivos…sobran.
Eutanasia: (del gr. eu, bien y thanatos,
muerte). Teoría según la cual sería lícito dar muerte a un monstruo o a un
enfermo grave para librarlo de su fealdad, de su enfermedad o de su
sufrimiento; o también a un moribundo para librarlo de su agonía. Diccionario
del cristianismo (Ed. Herder - BCN 1974). La Iglesia no acepta la eutanasia.
No hay dudas… muchos creen que la vida
está aquí y esta idea, la defienden a rabiar. Basta observar - aun sin
proponernos - la fiebre de construcciones aquí y allá, que en nombre del
progreso, parece ser una desaforada “competencia” en desenfrenada carrera.
La pregunta es frecuente en el ámbito
pastoral donde desde hace tiempo vengo trabajando. Los niños son inocentes,
entonces, ¿por qué bautizarlos? Tampoco
faltan objeciones. Ello, dice el sacerdote
Clemente González, se debe a una triple ignorancia:
De los bienes del Bautismo, de la Palabra de Dios y de la práctica de la
Iglesia.
En la vida hay disciplinas que necesitan
ser estudiadas, requieren gran esfuerzo intelectual y voluntad para asimilarlas
y aprender, como son las ciencias exactas y el manejo de maquinarias y
herramientas sofisticadas, entre otros saberes.
Los seguidores de “Mi Espacio” saben que
las expresiones vertidas contra la delincuencia y otras conductas reprochables
del terrícola "moderno y progresista", son “indigestas”, por la brutalidad con
que las expongo. (Ello, quizá se deba a mi carencia de finura intelectual como
a mi vida juvenil, poco admirable y menos única (…) como decía Unamuno)
El diccionario Larousse
define vocablo conducta como, “manera de conducirse”, (comportamiento,
actuación, proceder, estilo, modo de vida). Así las cosas, conducta es una
capacidad mediante la cual pueden operar.
Hay mucho miedo y ficción respecto a la
muerte. Es que nos inculcan (erróneamente) de que el morir es malo, algo
negativo. No pocas personas sienten repugnancia. Por ello, supongo que este
comentario ha de resultar indigesto…desagradable. Tal vez el motivo de peso
para rechazar la idea de morir, radique en la incógnita de lo que sigue
después.