Preocupación cotidiana
Una cuestión
harta conocida es la preocupación por el futuro. Quien más, quien menos se
estremece ante el incierto “futuro”: negocios, estudios, matrimonio, salud, en
fin, cualquier emprendimiento, tropieza con lo que pueda “venir más
adelante”.
¿Qué será de mi
familia? pregunta el enfermo, accidentado, recluido, o quien está sin trabajo.
¿Qué futuro me aguarda dentro de veinte años, ahora que perdí la posibilidad de
jubilarme?... y tantas otras preguntas, hasta el punto de ocupar la mente, de manera
amenazante.