¡Vive la vida… aquí y ahora!
Nuestra
condición humana, y por lo tanto racional, supone escuchar al mismo tiempo dos
“canciones”, una agradable y otra que no lo es: la del placer y
la del deber. Es que el placer está íntimamente ligado a nuestra
naturaleza, además, recrearse y entretenerse es necesario y conveniente. No
existen personas que rechacen los placeres, porque el placer es parte
componente de la felicidad.