miércoles, 14 de abril de 2021

NO IMPORTA QUE TE CALUMNIEN…

Como seres débiles, tenemos la vulnerabilidad a flor de piel. Luego, sufrimos cuando nos critican, y nos jactamos si nos alaban. Pero si nos alaban aquí…¿qué vale ante Dios? 

Él conoce nuestras miserias y esfuerzos por intentar salir de ellas y vencerlas. Luego, no nos engañemos. Intentemos ser mejores cada día, eso sí vale ante Ñandejara, el Justo Juez. 

Abundan por izquierda y por derecha cursos de autoestima y desarrollo personal para mejorar la calidad de vida… Pero, ¿qué es la autoestima y el desarrollo personal? 

Responden: La autoestima es la capacidad que tiene una persona para valorarse, amarse y aceptarse a sí mismo. Otros dicen: la autoestima es base para el crecimiento personal y equilibrio entre nuestros pensamientos, emociones y acciones que realizamos. 

La autoestima permite actuar con autonomía para afrontar mejor las desgracias; ser más comprensivos, solidarios y estar satisfechos con nuestras acciones. Pero, ¿nos capacita para soportar calumnias o para controlar nuestros deseos de alabanzas? 

“No me digas que no te gusta ser tenido por simpático, porque no te creo. Si no lo eres, voy a darte unos pocos medios para conseguirlo, señala Alfonso Milagro: 

l. Muéstrate agradable cuando te sientas inclinado a estar de mal humor.

2. Oye con alegría a los que te cuentan sus problemas, aun cuando los tuyos sean mayores.

3. Hazte cargo de las tareas que los demás rehúsan; aun si para ello postergues tus gustos.

4. Habla siempre bien de todos; en particular de la persona que en tu presencia es criticada.

5. Mira siempre el lado bueno de las cosas y sobre todo, lo bueno de las personas.

6. Laméntate menos y actúa más; triunfo no es de los que hablan, sino de los que hacen. 

“¿Hay entre vosotros quien tenga sabiduría o experiencia? Que muestre por su buena conducta las obras hechas con la dulzura de la sabiduría... 

La sabiduría que viene de lo alto es en primer lugar pura, además, pacífica, complaciente, dócil, lleno de compasión y buenos frutos, sin hipocresía. Frutos de justicia se siembran en la paz, para los que procuran la paz" (St 3, 13-18). 

Quien es fuerte no ataca, sino ¡resiste!. Ser fuerte es poder recibir una herida. Por herida se entiende toda agresión. En las relaciones humanas no todo es color de rosas. Incomprensiones, malentendidos; mala comunicación, agresiones físicas o verbales, son heridas dadas o recibidas. ¿Cómo se arregla? 

La persona con fortaleza no arroja a la basura su relación aunque haya sido injustamente herida, sí lo hace por un bien mayor: ¡la paz! No ataca, resiste; es el eslabón más fuerte de la cadena.

Si la fortaleza consiste en aceptar el riesgo de ser herido por conseguir un bien, es claro que quien es fuerte o valiente sabe qué es el bien. Y es valiente por propia voluntad. 

La fortaleza sin justicia es palanca del mal. Y esta fortaleza sin justicia es tan irreal y falsa como una “fortaleza” que no esté informada por la prudencia. Sin la justicia, no hay fortaleza. (San Ambrosio) 

El valeroso mantiene sus ojos bien abiertos y es consciente de que el daño a que se expone. Sin falsear ni valorar con torcido criterio la realidad, deja que ésta le “venga” tal como realmente es: por eso ni ama la muerte ni desprecia la vida. 

 “¡No eres más porque te alaben, ni menos porque te critiquen; lo que eres delante de Dios, eso eres y nada más! (Tomás de Kempis). 

Entonces, no importa que te calumnien…lo que debe importarte es que, no sea verdad lo que dicen.

No hay comentarios:

Publicar un comentario