viernes, 17 de marzo de 2017

LAS «4 PES»


PESADAS  CADENAS… (IV)

Dice un refrán: «No es más rico quien más tiene, sino quien menos necesita» Poderoso Don dinero: El dios «Plata».

Esta es una historia muy conocida que hace años recorrió Internet: Cuentan que un pescador lanzaba sus redes desde su pequeño bote, en un lago. Un  empresario que estaba de vacaciones lo observaba y aparentemente preocupado por la pobreza del pescador, intenta aconsejarle para mejorar su vida y le dice:

¿Cuánto tiempo le lleva pescar estos hermosos peces? No mucho tiempo, contesta el pescador. ¿Por qué no pesca más tiempo? Pregunta el empresario. Ya basta para mi familia. Dijo el pescador. Y ¿qué hace usted el resto del tiempo? Contesta el pescador: «Me levanto tarde en las mañanas, pesco un poco, juego con mis hijos, hago la siesta con mi mujer, en la noche voy al pueblo a charlas con los amigos, tomamos vino y tocamos la guitarra.

¿Por qué no consigue dinero y compra un barco más grande y redes más extensas?, le pregunta. El pescador, sin dejar de mirar al agua le responde con otra pregunta: ¿Para qué? El empresario le responde. Y así pescaría más!....¿Para qué?, contesta nuevamente el pescador. «Para ganar más dinero y comprarse un barco más grande y pescar más». En lugar de vender el producto a un intermediario, usted podría negociar directamente con la fábrica y abrir su propio negocio.

Entonces el pescador preguntó. ¿Y cuanto tiempo me llevará eso?...Y no quiero equivocarme, dice el empresario…puede ser ¡10 o 20 años! ¿Y después? preguntó el pescador. Ahí está lo interesante explicó el empresario riéndose; cuando llegue el momento usted podrá introducir su dinero en la Bolsa de Valores  y podrá ganar millones y millones de dólares!

¡Millones de dólares!…pero ¿para qué? pregunta otra vez el pescador. ¡Eso es lo bueno! Usted podría jubilarse, vivir en un pequeño pueblo en la costa, levantarse tarde, jugar con sus hijos, hacer, siesta con su esposa y pasar las noches bebiendo y tocando la guitarra con sus amigos….El pescador respondió:  Y ¿qué es lo que estoy haciendo ahora?

¿Qué es la riqueza? ¿Qué es la pobreza? El dinero sirve para satisfacer las necesidades humanas. Es verdad.  El diccionario define pobreza como «la necesidad, estrechez o carencia de lo necesario para el sustento de la vida». Pero entonces surge la pregunta ¿qué es ser pobre? ¿Es lo mismo ser pobre en Ciudad del Este que en Iturbe?; o ¿en Paraguay que en Suecia?

Mucha literatura hay al respecto. Sicólogos, economistas, políticos, administradores y demás analistas, han aportado lo suyo para definir la pobreza. Casi nunca se ponen de acuerdo. En cambio, coinciden en una cosa: que la pobreza tiene una dimensión absoluta y otra relativa.
     
La dimensión absoluta se manifiesta en la miseria y muerte por hambre y desnutrición. En aquellos que absolutamente «nada» tienen. Conocemos gente que vive bajo algún puente y se rebusca en los basureros para comer. La dimensión relativa tiene que ver con la definición de carencia que se construye en un contexto social, cultural y económico determinado.

Por ejemplo: Personas que habitan viviendas adecuadas, con agua potable, que tienen acceso a la salud y educación, y además poseen servicio de teléfono y otras comodidades que permite un trabajo; se quejan diciendo «ñande mboriahúmí ramo jepe, jaikó». La cultura de “victima” que padecemos es la responsable de estos «plagueos» injustificados.

¿Hablaremos de «necesidad» de algo, cuando la persona involucrada no lo considera «necesario»? ¿Podemos hablar de «carencia» en el caso del pescador que conversaba con el empresario? Hay necesidades reales y deseos.

Lo que para uno es real necesidad, no necesariamente es necesidad como tal, para otro. Tal el caso del pescador. Luego, ¿qué significa «condiciones de vida adecuada»? ¿Tener mucho? ¿Lo suficiente? ¿Lo útil? ¿Lo necesario? ¿Por qué angustiarse si no tienes un «celular inteligente» o cualquier otro elemento prescindible?

Porque la sociedad mercantilizada nos hace compulsivos consumistas consumidos por el consume que nos consume, devorados por nuestros propios deseos. Y la plata no siempre alcanza.. Luego llega la frustración al no alcanzar lo que «todos» tienen. No importa si lo anhelado es un tremendo «vyroreí».

También la riqueza puede verse desde una visión objetiva o subjetiva. ¿Es rico quien mucho tiene?  o ... ¿Es rico quien más disfruta de lo que tiene?

Hay gente que vive bien y dignamente con lo que gana, en virtud de contentarse «con» y «en» la posición económica y social en que se encuentra. La cuestión no es tanto cuánto dinero tengo o gano, sino, en qué y cómo gasto. ¿Cuántas cosas superfluas y totalmente inútiles poseemos...o mejor… nos  poseen...habida cuenta que somos esclavos de ellos?

¿Qué necesidad hay de preocuparse y ocuparse excesivamente de sí mismo, de su cuerpo, de vestir al último grito de la moda, que no ahorra en perfumes y cosméticos y se somete a dietas y terapias caras, sólo para ser más atractivos o estar «en la moda»?
   
Otra lacerante realidad: ¿Cuántos miserablemente pobres hay en el mundo y concretamente en nuestra fauna local, donde aparecen cada vez más poblada la galería de los «nuevos ricos», que –parafraseando a Cristina Onassis – son tan pobres, pero tan miserablemente pobres, que lo único que tienen es dinero? ….Teniendo “todo” no logran calidad de vida.    

Lamentablemente demasiados sujetos dejaron de ser personas, para convertirse en objetos, en «caja fuerte», en «cuentas bancarias», en “acumuladores de dinero. La pregunta es: ¿Por qué no «viven» la vida ayudando a los más necesitados? Alguien dijo: «cuando necesitemos menos, y compartamos más de lo mucho o poco que tenemos, descubrimos entonces el real sentido de la riqueza.»

¿Por qué?, porque: «No es más rico quien más tiene, sino quien menos necesita» Además, conviene recordar que el dinero nunca ha de ser la medida de nuestras acciones, porque si vamos a depender del dinero para hacer lo que debemos hacer, muchas cosas no haríamos. Simple, no?
Con razón, alguien escribió: «No conozco ningún otro lugar en el mundo donde el amor al dinero ocupe un espacio tan grande como en el corazón del hombre»

Es conveniente observar las palabras del sabio Sócrates, cuando paseando por las calles de Atenas expresaba: «¡Cuánto es lo que no necesito, y lo que necesito, cuan poco lo necesito!»

Al parecer, las «4 Pes» aludidas, que no son sino desechos de la sociedad, enfermedad nerviosa  con elevada dosis de imbecilidad pueril se han dado cita, para parir una quinta «P», la del pecado. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario