miércoles, 15 de marzo de 2017

LAS «4 PES»

PESADAS  CADENAS…  (II)

EL «dios» Placer. Placer: el diccionario lo define como sensación o sentimiento agradable, satisfacción. Que gusta, divierte y da satisfacción: placeres de la vida. (delicia, deleite, atractivo, agrado, voluptuosidad)
             
Ser hombre -animal racional- es sufrir el deseo del placer. El placer está íntimamente asociado a nuestra naturaleza, y esto lo sabemos porque razonamos. De ahí que al placer se incluye dentro de  nuestro esquema de felicidad y por consiguiente, se afirma que no existen personas que rechacen los placeres, porque tal insensibilidad no es humana.

Dice José R. Ayllón en Desfile de Modelos p.38, “que si la razón y el deseo son los dos caracteres por los que definimos lo que es natural, podemos definir al hombre como «inteligencia deseante o deseo inteligente”. «Si querés vivir bien, dejá que tus deseos alcancen la mayor intensidad y no lo reprimas» Predomina entonces, la filosofía del «Hacé lo que querés», «No te preocupes por nada, la vida es corta» o «Pásala bien». Importa sólo el deseo del bienestar y la distracción. «total, la ja-ú va, ha la ja gozávante, la ja aprovechava», pontifica nuestro popular «ñe`enga».

Con respecto al resto del mundo y los intereses ajenos, domina una absoluta indiferencia. ¿Y qué decir del «placer» que provoca consumir la fruta prohibida o adulterio? El adulterio es un pecado casi tan antiguo como la humanidad. Muchos varones dejaron de ser hombres para ser simplemente «machos», otorgando a esta acción valía y cierto prestigio.

Macho es cualquier perro callejero y ser perro - aunque apreciemos al noble animal - no constituye ningún halago. Por otro lado, hay mujeres para las cuales la infidelidad de sus maridos no es «tan grave» siempre y cuando estas aventuras fueran «discretas», son aceptadas con generosa resignación, porque: «Qué pió voy a hacer, si él mante nikó lo que me mantiene» se le oía sollozar a  aquella mujer frente a su comadre.

Dice el psicoanalista Frank  Pittmann: “La esencia de un «affaire» está en establecer una intimidad secreta con alguien, un secreto que necesariamente debe ser defendido con la deshonestidad”. Este caso no es sino un pequeño desliz, dicen los que hipócritamente desean restar importancia al mal de la fornicación o adulterio.

La infidelidad no tiene tanto que ver con quien “perreas”, sino a quien le mientes. ¿Cuánto dolor ha causado en las familias este «deslíz»? Constituye una traición a la confianza; por lo tanto, rompe un vínculo que será casi imposible restablecerlo. Todos sabemos las terribles e imborrables marcas que dejan en la vida de los hijos este tipo de episodios.

Cuando el maestro Aristóteles reconoce que razón y deseo son los dos caracteres por los que definimos lo que es natural, a continuación añade que deseo y razón no siempre están de acuerdo. Y se produce contradicción dentro del hombre.

«Esta guerra interior de la razón contra las pasionesescribe Pascalha hecho que los que han querido vivir en paz hayan formado dos escuelas. Unos han querido renunciar a las pasiones y ser como dioses; otros han preferido renunciar a la razón y vivir como bestias. Pero no lo han conseguido ni unos ni otros»

«En las democracias avanzadas – apunta Gilles Lipovetsky -El crepúsculo del deber.  – la erosión del deber absoluto continúa irresistiblemente su carrera en beneficio de los valores individualistas. Hemos edificado una nueva civilización que ya no se dedica a vencer el deseo sino a exacerbarlo y a desculpabilizarlo: los goces del presente, el templo del yo, del cuerpo y de la comodidad se han convertido en la nueva Jerusalén de los tiempos posmoralistas».

Un ejemplo actual de la promoción del placer sin límites: «La música (ruido) se concibe como un intento por dar forma y belleza a las fuerzas oscuras y caóticas del alma; por hacerlas servir a una finalidad superior constituyendo un bálsamo para el espíritu» La consabida definición de Música dice: «Es el arte de combinar los sonidos» «Es la combinación de melodía, ritmo y armonía» Si falta uno de estos tres elementos, es cualquier cosa, y por consiguiente, no es música; es ruido.

Es así como en la mayoría de los casos, (salvando las consabidas excepciones) el significado del rock, la cachaca actual y el «rap» (combinación de ritmo-ruido y ausencia total de melodía, el principal elemento de la música) apelan solamente al deseo sexual rudimentario y sin cultivar.

Los niños y jóvenes saben que el rock y la cachaca tienen ritmos de la cópula sexual. En la alianza con algún arte auténtico y con mucho pseudoarte, una industria enorme, promoción, alcohol – si no droga – cultiva la afición al estado orgiástico de sensaciones asociadas con el sexo, al cual hoy, con una imbecilidad que da calambre, se lo entroniza llamándolo ¡amor! «Música psicodélica y estroboscopia son instrumentos satánicos para romper los oídos, alucinar los sentidos y estragar la armonía psíquica hasta la más insana brutalidad.» (Situación espiritual de nuestro tiempo- S.N. p.129)
        
Muchos padres gastan demasiado para atender las «necesidades» de sus hijos y por amor a ellos le ofrecen todos los placeres que a los padres la vida les ha negado. Las letras de las canciones celebran uniones y atracciones que pueden tener varias formas y de diversos tipos - que no me animo a reproducirlas porque es de todos, conocido y hartamente groseras - y que son fortalecidas ridiculizando las formas tradicionales y decentes.

¿No conocemos acaso escenas de desnudos, retorcijos eróticos, violencia y muerte, en algunas  estaciones de servicios o en cualquier calle en medio de infernales ruidos… en la tele? Y luego no faltan los mega-idiotas que con estúpida sonrisa caballuna – suponiendo que el noble animal pueda sonreír – afirman: «es música juvenil nomás», coronando con esta conducta la estupidez, la degradación humana.
            
El resultado inevitable es la rebelión contra la autoridad paternal que lo reprime, porque el padre que desea disciplinar a su hijo, hoy es considerado «anticuado, retrasado o dictador»; luego viene el anhelo de la sociedad libre de conflictos. El placer y la libertad total.

¿No vemos acaso en las madrugadas, ya al amanecer de todos los fines de semana grotescos espectáculos protagonizados por jóvenes, literalmente «desparramados» en la vía pública, en total estado de ebriedad, cometiendo todo tipo de atropello a personas y a las buenas costumbres? ¿Dónde están sus padres?

«Ser papá es ser más que chorro de espermatozoides, billetera o cuenta corriente bancaria». «Ser mamá es más que vagina receptora y vientre de reproducción» Es posible que vivir como un animal irracional sea estupendo ya que propone una falsa sensación de libertad. En realidad, la buena vida consiste en someter los deseos a la razón, porque bien sabemos que hay placeres convenientes y placeres venenosos.

Depende de nosotros optar. Y la buena noticia es que poseemos inteligencia. «Jaiporumína, michi minte jepé»  Que esta Cuaresma devuelva un poco de tino a tantos desatinados. ¡AMÉN!                                                     

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