jueves, 14 de mayo de 2015

CULTO AL “YO”

 DESMEDIDO  HAMBRE  DE LA PROPIA EXCELENCIA

Curioso: Su majestad el “YO” no necesita de consensos para reinar desde antes y, al parecer…para siempre, con desmedida angurria de la propia excelencia, de su influencia y dominio en los demás. Reinos, países, familias, fortunas, han sido acabados por la soberbia y su hermana la envidia, dice entre otras cosas, Federico Rodríguez de Rivera.

Cada vez se dificulta más encontrar líderes positivos en un mundo en el cual el espectáculo, el show, es más importante que la autenticidad de la persona, donde la superficialidad puede más que la profundidad de pensamiento y la imagen comprada es mejor que la real. Mundo de máscaras, no de personas, afirma José E. Morales Mancera (13.04.09). Sin embargo, como es sabido, no existe el mal absoluto. Esto lo demuestra un caso real y sabrosamente llamativo.

El periodista Andrés Oppenheimer nos cuenta que en un momento en el que varios presidentes latinoamericanos están promoviendo un descarado culto a la personalidad, el presidente de Costa Rica, Luis Guillermo Solís, ha firmado un decreto que prohíbe la exhibición de su retrato en las oficinas públicas, y que ordena no incluir su nombre en las placas inaugurales de obras públicas.

Según el decreto presidencial, las placas de todas las nuevas carreteras, puentes, hospitales y otros edificios públicos inaugurados durante su mandato, que finaliza en el 2018, solo mencionarán el año en que fueron terminados. “Las obras públicas son del país, y no de un gobierno o funcionario en particular”, dijo Solís después de firmar el decreto. “El culto a la imagen del presidente se acabó, por lo menos durante mi gobierno”. ¿Por qué, una noticia así, sorprende? ¿Acaso no debería ser  la constante?

El ministro de la Presidencia de Costa Rica, Melvin Jiménez, dijo a Oppenheimer que la decisión fue parte de la plataforma de la campaña de Solís. “No hay motivo para poner el nombre del presidente en ninguna obra pública, porque las obras públicas son pagadas por el pueblo de Costa Rica, con sus impuestos” (….)

¡Qué diferencia con lo que estamos viendo en otros países latinoamericanos!. En varios países de la región, los presidentes usan buena parte de su tiempo y recursos estatales en campañas de auto-glorificación, en muchos casos para tratar de eternizarse en el poder.

Mi opinión, dice Oppenheimer: Costa Rica le ha metido un gol al culto a la personalidad en Latinoamérica. Tal como bien dijo el presidente costarricense, las obras públicas se financian con dinero de los contribuyentes, que encargan a sus presidentes la administración y ejecución de las obras.

Hoy, 14 de mayo, en Paraguay se festeja 204 años de “vida independiente”, ¿no podría el presidente, gobernadores, intendentes y demás “servidores públicos” adoptar tan patriótico, urgente, justo y necesario ejemplo?

El culto al “YO” es una enfermedad que no duele, todo lo contrario, agrada. En este caos establecido, en el que todo se devalúa, ¡qué bueno sería devaluar de ese "síndrome de diocesillo" que todos – políticos funcionarios públicos, profesores, empresarios, periodistas, atletas, etc - en alguna medida sufrimos!. 

Prolongados aplausos y de pie a Costa Rica y a quienes hagan lo mismo. En tu aniversario…¡Salud Paraguay!. 

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