Organizaciones técnico-científicas de muchos países posmodernos están engendrando una visión cientificista del hombre. La vocación del hombre está puesta en la conquista del universo. En esta visión, solo se reconoce como verdad lo que la ciencia puede demostrar. En nombre de la ciencia todo se justifica, incluso lo que constituye una afrenta a la dignidad humana.
El hombre es lo que la ciencia puede decir de él. Por lo tanto el hombre queda reducido a su definición científica. Las comunidades nacionales se someten a las decisiones de un nuevo poder: la tecnocracia. La tecnocracia consiste en una especie de ingeniería social que controla los espacios de libertad de individuos e instituciones, con el riesgo de reducirlos a meros elementos de cálculos. (Documento de Puebla 315)
Si solamente es verdad lo que la ciencia puede demostrar, ¿qué sucedería con nuestra fe, con nuestras esperanzas, con el sentido de la vida? ¿Qué podemos pensar de los tecnócratas que planifican y programan sistemas y formas de vida de las sociedades, guiados solamente por los datos que aportan las ciencias, sin tener en cuenta la realidad concreta de los hombres y su dignidad fundamental?
¿Qué decir de los experimentos que se hacen con las criaturas humanas en nombre de la ciencia y de la técnica como: ensayos denigrantes, experimentos que atentan contra la vida de fetos, niños, ancianos, moribundos..?
El hombre moderno, y en primer lugar el científico, sabe que no pueden situarse más allá del bien y del mal, porque éstos son de factura humana. El hecho de que un técnico pueda usar los resultados científicos para bien o para mal no muestra que la actividad científica y la conducta moral sean independientes.
Sólo muestra que son complementarias y que podemos pervertirnos lo suficiente como para poner la verdad, que es un bien (pero no el bien), al servicio de individuos o de grupos cuyos intereses sean incompatibles con el bienestar, la cultura, la paz, la libertad, el autogobierno y el progreso de la mayoría
En síntesis, culmina la bella enseñanza del manual Vivir con Cristo: Los pastores latinoamericanos, al presentar estas visiones inadecuadas del hombre nos dicen: unas atentan contra la identidad y la genuina libertad; otras impiden la comunión; otras no promuevan la participación con Dios y con los hombres. (Puebla 306).
¿Es tan difícil comprender el tema abordado?
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