¿POR QUÉ y PARA QUÉ?
Las bienaventuranzas de Jesús, nos presentan el programa del Reino de Dios. La de la pobreza, es muy decisiva para un cristiano auténtico. Por eso reflexionamos sobre la actitud evangélica de la pobreza. Bienaventurados los pobres de espíritu, porque de ellos es el Reino de los Cielos.