DE
DELITOS
Este artículo es de
Alcibiades González Delvalle – diario Abc 21.08.16 p. 15 – Titulado “el raterismo”:
En muchos restaurantes europeos –muy deseados– los mozos o camareros no
trabajan por el salario sino por la propina.
Pasa lo mismo con los ministros del Tribunal Superior de Justicia Electoral (TSJE), Jaime Bestard, Alberto Ramírez Zambonini y María Elena Wapenka. Un trío formidable que además del sueldo se hacen de propinas.
La forma en que estos ministros roban al
contribuyente nos llena de estupor como país con tantas necesidades. En rigor,
ni siquiera es robo. Es un mero raterismo. ¿No es raterismo inventarse viajes
para cobrar viáticos?
Cómo es posible arrastrar por el suelo
la dignidad de una delicada función que sostiene a la democracia. ¿Qué rostro
ponen los ministros cuando le hacen comparecer a un subalterno para ordenarle
el pago por un trabajo que no hicieron? ¿Qué cara ponen los funcionarios cuando
les entrega el dinero a sabiendas de que es un robo? ¿Cuál es el grado de
complicidad de quienes cumplen la orden? ¿Se quedan con el vuelto?
En su edición del martes, el diario ABC
Color nos hizo saber que Bestard, Zambonini y Wapenka reconocieron ante la
Contraloría General de la República que percibieron viáticos “en forma
sistemática” por viajes que nunca realizaron. Como a mayor distancia más
dinero, los ministros se inventaban sitios lejanos para cobrar más. ¿No es
raterismo? Después de la revelación del escándalo tales ministros no deberían
quedarse ni un segundo más al frente de una entidad creada para velar por la
transparencia de la voluntad popular en los comicios.
Algunos ejemplos: El titular de la
Justicia Electoral, Jaime Bestard, se encontraba en México del 3 al 7 de mayo
del año pasado. Al mismo tiempo, “participó” de una reunión con funcionarios
distritales de Ñeembucú.
María E. Wapenka estuvo en Lima, Perú, y
Quito, Ecuador, del 18 al 22 de mayo. Al mismo tiempo se encontraba en el
interior de nuestro país. Del 1 al 4 de julio estuvo en Cuzco, Perú. Sin
embargo, en la planilla (para el cobro del viático) figura que Wapenka en ese
tiempo estaba reunida con funcionarios en Caaguazú.
Ramírez Zambonini se encontraba en
Centroamérica del 27 de febrero al 2 de marzo. Al mismo tiempo, aparecía en la
planilla (para el cobro de viático) que se encontraba en Alto Paraná. Ninguno
de los ministros “asiste” a una reunión de trabajo en San Lorenzo, Luque o
Areguá.
Estos y otros hechos corruptos suceden
por la sencilla razón de que no se los castiga. La impunidad es la que tiene a
nuestro país en la postración. Se roba, como hacen los ministros de la Justicia
Electoral, porque los autores saben que la ley no les alcanzará.
Los ministros de la Justicia Electoral
no cobran el sueldo mínimo. Bestard gana casi 44 millones de guaraníes; Ramírez
Zambonini y Wapenka un poco más de 44 millones. Mensualmente. Es mucho dinero.
A esas sumas deben agregarse los viáticos por viajes que pueden probar, y sobre
los que nunca rinden cuenta. Pero aun así se dedican al raterismo.
También en otros países se roba el
dinero público, pero si llegare a trascender, el funcionario o el político
responsable, pierde su carrera. Uno se pregunta cómo podría estar todavía en
tan altas funciones Ramírez Zambonini. Entre otras perlas, su tesis para
acceder al doctorado se demostró que fue un plagio. Hace poco tiempo un
ministro alemán había hecho lo mismo, pero renunció apenas llegó el caso a la
opinión pública. Tuvo vergüenza. Y vergüenza es lo que les falta a nuestros
corruptos.
Mi pregunta es: ¿Qué pasa con la sociedad
paraguaya que no reaccionamos ante tanta impunidad?
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