martes, 23 de agosto de 2016

EL "FUTURO" NO EXISTE…

COMO CAMPO DE ACCIÓN

Dice un famoso cuento: Un chino que tenía un caballo. Le dijeron “hay que ver qué suerte tienes”, y él siempre decía: “no todo es como parece...” El caballo se le escapo y los vecinos fueron a consolarle “por la desgracia”: “¿Quien dice que sea una desgracia?”, comentaba. A la mañana siguiente el caballo volvió, trayendo detrás una manada preciosa de caballos.

Los vecinos le felicitaron por “la suerte”... “¿quien dice que sea una fortuna?” A los dos días su hijo iba a caballo y cayendo quedó cojo. Volvieron para “consolarle”: “¿quien dice que sea una desgracia?”, les dijo también. Al cabo de poco hubo una guerra y el primogénito por estar cojo se libró de tener que ir a pelear...

Podemos tener una idea de lo que es bueno y malo, pero no tenemos una mirada o visión de conjunto de las cosas. No pocos piensan que la vida es una carrera de obstáculos, que hay una carretillada de diarios problemas para ir superando.

De cierta forma es así, pero no podemos quebrantarnos con el futuro, porque ello puede enfermarnos de obsesión, por algo que está muy lejos si ni siquiera sabemos, si viviremos los próximos dos minutos. Luego, sólo existe el “aquí y ahora”, el presente, y debemos aprovechar las experiencias del pasado como experiencia, y la previsión del futuro como deseo o esperanza.

Entonces, la finalidad de nuestra existencia, es ver en cada día de vida una oportunidad para desarrollar nuestra vocación de ser feliz, haciendo correctamente lo que debemos “hacer” y “ser”, es decir, trabajar poniendo las esperanzas en el infinito amor a Dios.

Por ello, en lugar de desgastarnos en preocupaciones por el mañana, llevemos la cruz de que todos tenemos, cada día, como dice el Evangelio: “Por eso les digo: No se preocupen por sus vidas, qué van a comer; ni qué van a vestir. ¿Acaso no vale más la vida que el alimento y el cuerpo que el vestido? Fíjense en las aves del Cielo, que no siembran, ni siegan, ni almacenan en graneros, y vuestro Padre Celestial las alimenta.

¿Es que no valen ustedes mucho más que ellas? ¿Quién de vosotros por mucho que desee puede añadir un solo día a su vida? Y acerca del vestir, ¿por qué se preocupan? Contemplen los lirios del campo, cómo crecen; no se fatigan ni hilan, y yo les digo que ni Salomón en toda su gloria pudo vestirse como uno de ellos. Si a la hierba del campo, que hoy es y mañana se echa al horno, Dios la viste así, ¡cuánto más a ustedes, hombres de poca fe!

No anden, pues, preocupados diciendo: ¿Qué vamos a comer, qué vamos a beber, con qué nos vamos a vestir? Por todas esas cosas se afanan los paganos. Bien sabe vuestro Padre Celestial que de todo eso que necesitan. Busquen  primero el Reino de Dios y su justicia, y todo lo demás se les dará por añadidura. Por tanto, no se preocupen por el mañana, porque el mañana traerá su propia preocupación. A cada día le basta su contrariedad” (Mateo. 6).

Decimos y oímos aquello de que el tiempo es oro. Y no es una exageración. Hagamos lo que hagamos, utilicemos el tiempo en lo que sea, debemos tener siempre en cuenta que ese momento es único y no volverá, por lo tanto siempre será recomendable el saber en qué y cómo gastamos porque hay cosas que puedes recuperar en esta vida pero “el tiempo” no es una de ellas. 

En el "atardecer de la existencia", Dios nos pedirá cuenta sobre cómo usamos algo tan valioso como es el tiempo. Y hablando del tiempo: ¡No dejes para más tarde lo que puedes hacer ahora!..Porque el futuro no existe como campo de acción

No hay comentarios:

Publicar un comentario