¡“ES ARTE Y SERVICIO”!
Predicar es, básicamente hablar sobre las Buenas
Noticias de Salvación. En el nuevo testamento se utilizan básicamente 2
palabras para identificar Predicación. Predicar
es anunciar, proclamar, llevar, compartir las buenas noticias de salvación.
Una palabra puede significar
“proyectil” o “dardos”. Dependerá del modo de expresarlas. La manera de decir proyecta las
ideas de quien emite los sonidos sonoros a las cuales llamamos palabras – lo llaman
también, lenguaje verbal o gestual. Así las cosas, es necesario cuidar el
lenguaje no verbal.
¿Quién no ha escuchado
alguna vez este antiguo proverbio chino: “Unas imagen vale más que mil palabras”?
Es
que, con nuestros actos, muchas veces expresamos de forma inconsciente mensajes
que son tan importantes, incluso a veces, más que nuestras palabras. Por lo que, algunos
gestos pueden contradecir lo que estamos hablando. Se trata del lenguaje no
verbal.
De acuerdo con un estudio realizado por
el profesor emérito de psicología de la de la Universidad de California, Albert
Mehrabian, el lenguaje verbal sólo
representa el 7% del impacto total del mensaje. Un 38% corresponde al lenguaje
paraverbal (entonación, pausas, ritmo, tono…) y el 55% restante al lenguaje
corporal (gestos, posturas, mirada, respiración…).
Dice aquel profesional: "Las
personas histriónicas tienen como rasgo fundamental de su carácter la búsqueda
de atención exagerada, necesidad insaciable de aprobación. Tienden a la
teatralidad y la fantasía. Valoran mucho la apariencia, son personas muy
seductoras y atractivas que erotizan siempre las relaciones interpersonales".
Cuando se predicar la Buena Noticia del Evangelio, se trata de Provocar un
encuentro entre Dios y el hombre, en relación a valores como obediencia, fe,
amor, humildad. El centro es Dios y no el “hablador”
Por ello, traigo a colación el “Decálogo del Predicador”
1. No subas al estrado sin saber lo que
vas a decir. Y cuando lo hayas dicho, bájate. No te alargues inútilmente. 2.
Hazte el guión de lo que vas a decir. En el papel o en la cabeza. 3. Procura
despertar en el oyente interés por lo que dices. 4. Que lo que dices sea
provechoso para el oyente. Nuestra misión no es entretener,
sino evangelizar.
5. La brevedad no es el supremo de los
valores. No debemos sacrificar lo importante para ser breves. Pero es verdad
aquello de que «lo bueno y breve es dos veces bueno».
6.- Habla con naturalidad. Lo teatral es repelente. 7. Procura hablar de modo que te entienda todo el mundo, pero con toda exactitud para que las personas cultas acepten lo que dices. 8. Para comunicar una idea es necesario que tú estés convencido de lo que dices.
6.- Habla con naturalidad. Lo teatral es repelente. 7. Procura hablar de modo que te entienda todo el mundo, pero con toda exactitud para que las personas cultas acepten lo que dices. 8. Para comunicar una idea es necesario que tú estés convencido de lo que dices.
9. Si te ayudas de aparatos técnicos,
debes preocuparte de que funcionen perfectamente. Es un desprestigio para el
Evangelio usar aparatos malos mientras que el MAL se difunde con técnica
excelente. La técnica de punta debe estar al servicio de la evangelización.
10. No pretendas jamás tu propio éxito
personal, sino el bien de las almas. Buscar el éxito debe ser tan sólo para
facilitar la evangelización. (cfr. Jorge Loring
S.I. – Para Salvarte p. 889 - Edición 62).
Pero, más allá de dar consejos,
tenemos que hacer las cosas diferentes, y empezar por nosotros mismos,
es decir, hay que predicar con el ejemplo. Por ello, si
queremos que los demás cambien, es mejor hacer, más que decir, y no dar tantos consejos
que nadie quiere escuchar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario