DESMEDIDO
HAMBRE DE LA PROPIA EXCELENCIA
Curioso: Su majestad el
“YO” no necesita de consensos para reinar desde antes y, al parecer…para
siempre, con desmedida angurria de la propia excelencia, de su influencia y
dominio en los demás. Reinos, países, familias, fortunas, han sido acabados por
la soberbia y su hermana la envidia, dice entre otras cosas, Federico
Rodríguez de Rivera.