lunes, 27 de abril de 2015

PRIMERO VIENE LA COMIDA Y OTRAS COSITAS MÁS….

¡LUEGO LA MORAL!

En el reciente comentario del apreciado P. Manfredo se lee: Decía con razón el poeta alemán Bertolt Brecht (1898-1956): “Primero viene la comida, luego la moral.”.

Repetidas quejas en nuestros Medios: “Diputados se comerán más de 2.500 millones.  “La Cámara de Diputados volvió a adjudicar para el presente período legislativo unos 2.540 millones de Gs. en servicios gastronómicos, a pesar de cuestionamiento de la ciudadanía y de la supuesta autocrítica de los propios Diputados.”

La pregunta es, ¿por qué el pueblo tiene que pagar la comida de los legisladores, que de por sí ya ganan exorbitante monto de dinero? ¿Acaso los patrones tienen la obligación de pagar bocaditos, gaseosas y almuerzo del empleado común? Esto sin contar otros beneficios como seguro médico y combustible que cargan sobre las espaldas del famélico y siempre hambriento Juan Pueblo.

Sigue diciendo el P. Manfredo: “Personalmente no recuerdo haber visto por tele algún Parlamento, donde se come, durante el trabajo; pero sé bien, que en otros países los Diputados se van a un Bar, donde ofrecen comidas y bebidas, y cada uno paga lo suyo.

Aquí son tan sinvergüenzas – no tienen sangre en la cara: en primer lugar para comer cuando hay que trabajar, y luego que pague el pueblo – justamente a las personas que más ganan que la enorme mayoría de la ciudadanía. Probablemente no conocen la frase popular que dice: “Comer para vivir, en vez de vivir para comer”.

Cuántas horas realmente trabaja un senador o diputado y con qué efectividad y calidad lo hace? ¿Qué beneficios aporta a sus representados?  ¿Qué ocurriría si nuestros parlamentarios trabajaran 8 horas diarias como cualquier mortal y ganaran no más de cinco salarios mínimos? ¿Cuántos se candidatarían para ocupar una silla en la “honorable cámara” del congreso?....

Probablemente no habría candidatos… Por tanto, hace falta recordar a San Pablo decir: "El que no trabaja, que no coma" (2 Tes 3, 10). 

Está visto que les importa un comino lo que opina la ciudadanía. El gran filósofo hindú Mahatma Gandhi (1869-1948) opinaba: “Todo lo que se come sin necesidad se roba al estómago de los pobres.” Cierto es también, que todos quieren comer a la mesa del gobierno, pero nadie desea lavar los platos sucios.
            
ADN DIGITAL - 21 de enero dice: NADIE “SAFA”.- No sería errado afirmar que la percepción ciudadana es que las autoridades, en general, son intrínsecamente corruptas. Para Juan pueblo, ser diputado, senador, concejal, intendente, gobernador, fiscal, magistrado, jefe policial o militar, es sinónimo de formar parte de alguno de los grupos mafiosos que abundan.

Hay que decir que como  ningún mal no es absoluto malo, cabe la posibilidad que haya honrosas excepciones, para quienes este comentario no tiene ningún fundamento.


Quizá llegue el momento de despojarnos definitivamente de la utopía de ser país libre y soberano, cuando tomemos conciencia que estamos transitando las anchas avenidas del “hijo pródigo”, revolcado en la miseria – siendo rico -, entonces sí, podemos afirmar con bendita convicción: ¡Somos realmente un país valiente, limpio y soberano!

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