A QUIEN PUEDA
INTERESAR
Pese al obstinado y trasnochado
anticlericalismo la Iglesia es Madre y Maestra – al menos - para los cristianos
de confesión católica. Así las cosas, el devocionario enseña que existen
verdades cristianas y…eternas como:
- Hay un solo Dios a quien hemos de amar y
servir.
- Tenemos un alma que salvar.
- Hay otra vida eterna, después de ésta.
- Dios premia a los obedientes.
Estas verdades son independientes de
quienes las niegue o no las niegue; que se burlen o no se burlen; que se
preocupen o no se preocupen; que ante ellas se encojan o no de hombros. Es
decir, éstas son verdades a pesar de cualquier indiferencia del hombre finito.
Por ello, es recomendable oír sus
sugerencias. No juegues con tu dinero, porque puede acarrearte desgracias personales
y familiares. (Lamentablemente ocurre y mucho).
No juegues con tu salud cometiendo
excesos, porque solo al perderla, sabrás lo que vale. No juegues con tu cuerpo,
diciendo que puedes hacer con él lo que quieras, dándole ilimitados gustos y
placeres; puedes pagarlo muy caro y ya sin remedio
No juegues con tu alma, entregándote al
pecado, porque te expones a la eterna condenación. No juegues con la eternidad,
porque si te equivocas, lo será para siempre. No juegues con Dios, como si
fuera tu compinche, quebrantado sus mandamientos, como si él fuera tan ingenuo
que podemos engañarlo.
Nadie puede ganarlo. ¡Ay de quien ahora
no se arrepiente!. Todavía tenemos tiempo, Dios misericordioso nos lo concede.
Quizá ayude a meditar lo que sigue: los
bienes y placeres, rápido pasan, el mundo todo acabará. La vida terrena es
frágil, vulnerable y corta. Pero la eternidad nunca acaba. Todo lo creado
pasará, aunque miles de años hayan pasado. Jamás el cielo tendrá remate;
siempre el infierno ha de durar, eternamente…eternamente.
La vida tiene un fin de curso, un punto
final. Y este puto final es el inicio de partida para la eternidad que nos
espera. Todos deseamos ser felices y para siempre. Pero el siempre no existe en
este mundo, porque todo acaba más pronto de lo que deseamos.
Por consiguiente, decidir ser felices
para siempre, viviendo una vida de principios y valores en este Valle de
Lágrimas, es una inteligente decisión. ¿Qué esperamos para decidir? ¡Todavía tenemos tiempo..Hoy…ahora mismo….!
El famoso escritor español Lope de Vega
y Carpio dejó un interesante poema que sería útil meditar:
¿YO PARA QUE NACÍ?... “¿Yo para qué nací? Para
salvarme. Que tengo que morir es infalible;
Dejar de ver a Dios y condenarme. Triste cosa será, pero posible. ¡Posible...!
¿Y río y duermo y quiero holgarme?. ¡Posible...! ¿y tengo amor a lo visible?¿Qué hago? ¿En qué me ocupo?. ¿En qué me encanto?. ¡Loco debo yo ser, pues no soy santo!”
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