martes, 14 de abril de 2015

FECUNDACIÓN “IN VITRO”

¿PROBLEMA  ÉTICO...... PARA QUIÉN?

En el día de la fecha, ha tenido lugar interesantes exposiciones de alumnos del 3º curso de Medicina, entre ellas, sobre “Fecundación in vitro”. Explicaban que tal práctica consiste en la transferencia de embriones conocida técnicamente como FIVET. (Fecundación in vitro con transferencia de embrión). Es un tema que está de moda entre muchas parejas que buscan una solución a su problema de infertilidad.

Por método FIVET se entiende el logro de la fecundación humana extrayendo el óvulo para fecundarlo fuera del ambiente corporal y luego volverlo a introducir en el útero. Este método, sin embargo, no es un método lícito aunque el fin de concebir sea algo bueno, deseable y querido para su matrimonio y familia.

Los medios de comunicación son los primeros que han dado a conocer los avances de la ciencia en este campo y las personas se maravillan por que pueda llegar a "lograrse" una persona en un tubo de laboratorio (probeta).

Dicen que, los primeros experimentos de fecundación in vitro en animales, ratones y conejos, comenzaron en el año de 1937. M.C. Chang logró provocar el nacimiento de conejos en 1959. Pero fue R.G. Edwards quien inició los estudios con óvulos humanos en el año de 1963 y, a partir de esa fecha, continuaron los estudios de fecundación de embriones humanos. En el año 1978, se lograron los primeros embriones implantados en el útero y se cree que desde entonces han nacido varias decenas de miles de niños probeta.

La técnica FIVET es un método muy complejo por todas las implicaciones que supone la obtención de los gametos para la fecundación, y en el cual los principios morales y éticos quedan olímpicamente marginados. Este punto de confrontación entre ciencia y ética, radica en el hecho de ver si se respeta o no a la naturaleza del embrión humano y, en ver si se cumple o no la finalidad de la procreación dentro del matrimonio.

La pregunta es: ¿qué pasa con todos esos embriones "en almacén"? ¿Se tiran? ¿Se usan como cosméticos? ¿Se reimplantan en otra mujer? ¿Se usan para experimentación?
Desde el punto de vista de la moral, no sólo católica, el uso que se le da a los embriones humanos equivale al hecho de una eliminación voluntaria de un ser humano, dicho en otras palabras, equivale a realizar un aborto voluntario, es decir, esto es simple y llanamente, un crimen.

¿Es lícito hacer todo un proceso de manera artificial lo que la naturaleza hace de forma natural? ¿Es lo mismo una muerte natural y lo que sería una muerte provocada por el mismo hombre?. ¿Todo lo técnicamente posible –en nombre de la ciencia- está permitido por la Ética?

La exhortación apostólica Familiaris Consortio  de Juan Pablo II ayuda a reafirmar: "La fecundidad es fruto y el signo del amor conyugal, el testimonio vivo de la entrega plena y recíproca de los esposos : el cultivo auténtico del amor conyugal y toda la estructura de la vida familiar que de él deriva, sin dejar de lado los demás fines del matrimonio, tienden a capacitar a los esposos para cooperar con fortaleza de espíritu con el amor del Creador y del Salvador quien por medio de ellos aumenta y enriquece diariamente su propia familia". 

Felicito a los alumnos por tan acertada exposición y, a la activa participación de los compañeros. 


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