Sinónimos de generosidad (RAE): Bondad, benignidad,
humanidad, grandeza, nobleza, altruismo….La persona generosa da y ayuda sin esperar nada a cambio. En guaraní, “Pojera, ome'ẽséva,
jepome'ẽ”.
Emmanuel Mounier, manifiesta que “el personalismo comunitario trata que la persona sea el centro, que a uno no lo midan por parámetros económicos, que pueda vivir con dignidad; que no sean el centro la vanidad, la tontería, la estupidez del mundo”, expresa el Dr. Carlos Díaz Hernández.
E. Mounier, reconoce a la persona humana como valor absoluto por sobre todas las cosas, es un fin y no un instrumento, una cosa o un cliente. Es una actitud y búsqueda constante (…) lo único permanente en el hombre es su “hacerse”, su continua creación en todas las latitudes y circunstancias.
Afirma el primado de la persona, el valor absoluto de la persona, como un ser racional y social y define a la persona en sus cuatro dimensiones: encarnación, vocación, comunicación y trascendencia.
Y, Pilar Llacer, especialista en Recursos Humanos, dice: “Ser generoso es dar. Es compartir, desde un criterio, no solo individual, sino social (…) El interés individual o empresarial no es compatible con la generosidad, ese es el dilema y la cuestión para reflexionar”....Y yo, ¿Soy generoso?
¿Por qué sería generoso si tal actitud no es productiva ni beneficiosa? Además… ¡nadie me regala nada ... todo lo debo a mi esfuerzo personal!... sin embargo, Alfonso Milagro nos dice:
“No hay cosa que Cristo nos recomiende tanto en su Evangelio como ser generosos unos con otros, porque el mundo necesita testimonio de unidad, que nosotros los cristianos debemos dar, para lograr que todos los hombres caigan en la cuenta de que somos hermanos”.
Por lo tanto, vivamos ayudándonos como hermanos. Que dejemos de mirar al otro como enemigo o como un rival que pelea por adueñarse de la parte de felicidad que a él le corresponde. Convencernos de que, nadie es ni será realmente ser feliz, salvo que contribuya a que los demás también lo sean.
*Hermanos, no hablen mal unos de otros. El que habla mal de su hermano o lo juzga, habla mal de la ley y juzga. Y si juzgas a la ley, te haces juez de ella en vez de obedecerla. Solo hay Uno que dio la ley y es Juez, y el único que salva o condena; y tú, ¿quién eres para juzgar a tu prójimo?” (Stg. 4:11-17)
“Por eso no tienes disculpas, tú que
juzgas a otros, no importa quién seas. Al juzgar a otros te condenas a ti
mismo, pues haces precisamente lo mismo que hacen ellos. Pero sabemos que Dios juzga conforme a la verdad cuando condena a
los que así se portan.
Y tú, que juzgas a otros y haces lo mismo
que ellos, no escaparás de la condenación de Dios. Tú desprecias la inagotable
bondad, tolerancia y paciencia de Dios, sin darte cuenta de que es precisamente
su bondad la que te está llevando a convertirte a él.
Tú, como eres terco y no quisiste volverte
a Dios, estás amontonando castigo sobre ti mismo…cuando Dios se manifieste para dictar su justa sentencia y pagar a cada uno
conforme a lo que haya hecho. Dará vida eterna a quienes, buscando gloria,
honor e inmortalidad, perseveraron en hacer lo bueno.
Castigará a rebeldes que están contra la
verdad…. Habrá sufrimiento y angustia para los que hacen el mal (…) Dios
dará gloria, honor y paz a todos los que hacen lo bueno, a los judíos en primer
lugar, pero también as que no lo son. Porque Dios
juzga imparcialmente”. (Rom 2, 1-11)
Ser generoso no significa ser tonto o idiota ... sí, es pobre imbécil anga, aquel que piensa lo contrario. Quien pueda entender....que lo entienda... ¡Ta upéicha!
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