No hace falta ser muy instruido para saber que las palabras animan o destruyen; depende de cómo lo decimos, si es para contribuir, agradar y ayudar, o solamente para causar problemas, dudas, etc. Maldecimos o bendecimos a otros … ¿Cuántas veces insultamos con palabrotas ofensivas?
Papás maldicen a sus hijos; hijos a sus papás, jefes a subalternos; a colegas de trabajo o estudio; aquí y allá. Dice Eduardo Osteicoechea: “Murmuraciones, chismes, ofensas, crean opresión satánica en la persona y postergan las bendiciones”. 7 características que oprimen al hombre:
* Son gobernados por Satanás. Enseña que “todo el mundo yace bajo el dominio del maligno”. No hay alma que escape. Toda persona ´-y aun todo niño- está bajo el reino de Satanás (1 Jn 5:19)
* Esclavos de la mentira. El enemigo de Dios “el gran dragón, la serpiente antigua … Satanás engaña al mundo entero”. La principal herramienta del diablo para asumir y retener su imperio mundial es la mentira. Se trata de su instrumento predilecto. (Ap 12:9)
* Cegados a la verdad. Efecto de este engaño es ser ciegos ante la verdad: “el dios de este mundo cegó el entendimiento de los incrédulos, para que no vean el resplandor de la gloria de Cristo”. (2 Co. 4:4)
* Seducidos por la corriente del mundo.
Este modo de engaños también mueve los deseos carnales de la humanidad. Satanás
seduce al humano prometiendo satisfacción de sus pecados (Ef. 2,2)
* Cautivos de su voluntad. La Biblia dice de muchas posesiones demoníacas.
Incluso Judas, uno de los doce apóstoles, fue poseído por Satanás para entregar
a Jesús ante las autoridades judías (Lc. 22:3-4)
* Oprimidos en el sufrimiento. Posiblemente la característica más aterradora de Satanás sea disfrutar del sufrimiento y la muerte. Ya Jesús lo describió como “homicida desde el principio” (Jn. 8:44)
* Acusados ante Dios. Satanás, “aquel que tenía el poder de la muerte” y describe a sus cautivos como aquellos que “por temor a la muerte, estaban sujetos a esclavitud durante toda la vida”. (Heb 2:14-15)
“Si obedeces a Dios, las bendiciones vendrán sobre ti y te acompañarán: Bendito serás en la ciudad y en el campo. Benditos serán el fruto de tu vientre, tus cosechas, las crías de tu ganado, de tus manadas y de los corderos de tu rebaño” (Dt. 28;1-6)
Vacuna para el ñe'e mbegue-chisme, ñe'e
rei-hablar en vano, vyrorei-tontería, es: confianza,
respeto, empatía, verdad, integridad. “Si
obedeces a Dios y cumples sus mandamientos, el Señor te pondrá por encima de
los pueblos de la tierra. Bendiciones vendrán sobre ti… en la ciudad y en el
campo.
Serán benditos tus hijos y tus cosechas, las crías de tus vacas, ovejas y de todos tus animales. Serán benditos tu cesta y el lugar donde amasas la harina, serás bendito en todo lo que hagas (Dt 28:1-
Entonces, cuidemos nuestras palabras, pues ellas bendicen o maldicen. ¡Ta upéicha!
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