domingo, 31 de diciembre de 2017

HACIA UNA COMUNIDAD DE JUSTICIA

                                         PUEBLOS DES-MORALIZADOS(I)

Resultado de imagen para justiciaAnte el “descubrimiento” de la espantosa corrupción reinante en los órganos estatales y, en particular, en el Ministerio Público y en el Poder Judicial de nuestro país, transcribo un comentario de Carlos Díaz, filósofo, abogado y profesor de la Universidad Complutense de Madrid (UCM), bajo el título, “Hacia una comunidad de justos”:

“… la mentira como forma de comunicación, injusticias (…) impunidad, suplantación de lo legitimo por lo legal (…) leyes que lejos de resolver los problemas esenciales los enmascara, violencia, desprecio a la vida, corrupción, desempleo, evasión fiscal, torturas, secuestros, etc.(…) que son?, se preguntaba San Agustín los reinos sino grandes latrocinios cuando no existe justicia?

Tal efecto devastador cada vez afecta a más grupos: a jóvenes provenientes del fracaso escolar que a sus 25 años no encuentran trabajo estable, a desempleados mayores de 45 (cabezas de familia de muy difícil reinserción laboral), a obreros que han perdido su puesto de trabajo, a mujeres con cargas familiares y rentas económicas muy bajas, etc.

La ley habla de justicia y de igualdad, pero los jóvenes ven crecer las distancias entre ricos y pobres, por efectos de las políticas económicas neoliberales. La ley habla de democracia, pero la población vive en condiciones de pobreza. Habla la ley de ideales de fraternidad, pero los jóvenes palpan una sociedad cada vez más fracturada y dividida.

La ley habla del aprecio por la nación y la defensa de su soberanía, pero los jóvenes perciben que los últimos gobiernos privilegiaron al capital transnacional. Entonces, ¿Cómo pedirles una convivencia moral recta en este mundo de deshonestidades? ¿Cómo esperar que sean hombres y mujeres íntegros si los enfrentamos a esta esquizofrenia?

Democracias representativas corruptoras. ¡Dar a cada uno lo suyo! Pero, ¿qué entender por lo suyo, si lo “suyo” de un profesional corrupto es ganar en cinco minutos mil veces más que un obrero o campesino… al año? (…) “Si el arte de la guerra es el arte de destruir a los hombres, el de la política es el de engañarlos...”

Campañas y propagandas electorales, medios de comunicación, insultos, mercadeo y violencia dan lugar a una actuación partidista atrapalotodo que pone en tela de juicio la fecundidad de los partidos para construir el bien común. He aquí algunas situaciones reprobables derivadas de esto:

Privilegios deshonestos: los funcionarios se auto-confieren regalos, impunidad política, información privilegiada etc. Partidocracia o prepotencia de los grupos parlamentarios: centralización de los grupos parlamentarios dentro de los respectivos partidos, verdaderos poderes monopolíticos.

Burocratización: cuanto más poder gana el partido, tanto más devienen sus propios miembros herramientas del speaker (hablador) senadores-diputados-botón, porque se limitan a pulsar la tecla del tablero electrónico donde aparece reflejado su voto.

Contaminación de lo público y lo privado: mezclado los gestores de la cosa pública y los empresarios de la cosa privada, se fraguan pactos directamente entre estos últimos y el Estado… a los ciudadanos corrientes se les fríe a impuestos.

Opacidad: se falta a la transparencia financiera de los cargos electos con lo cual se vive en una permanente situación de desconfianza y de sospecha. Se distribuyen al antojo de unos pocos los fondos reservados (fondo sin fondo, fondos con doble fondo, fondos para pagar pistoleros (…)

Fondos para premiar corruptelas, que deberían ser transparentes, mientras las zonas de opacidad (oscuridad) del Estado crecen junto con la impotencia y el sentimiento popular maltratadas. Sin embargo, las cuentas de los ciudadanos, se exigen claras y transparentes.

Judicialización de la vida parlamentaria: el parlamento llega al extremo de estar un día sí y otro no en el banquillo de los acusados… al final… nunca castigados...

Infidelidad al votante: ¿Cómo se permite la fuga de un partido a otro partido si no recibió los votos para ello?… ¿A quién le pertenece al acta de diputado, al votante o al votado?  ¿Qué grado de autonomía le supone al votado para hacer lo que quiera con los votos emanados de las urnas? ¿Quién controla al votado?

Resultado: esta democracia representativa (por cierto representa a un pueblo también corrompido) es reputada como soberanía del innoble, arte de hacer oprimir al pueblo por el pueblo, en contra del interés del pueblo, vicios de unos cuantos puestos al alcance de la minoría, derecho de cada uno a ser su propio opresor: 

"Yo soy igual que tú, pero tú no eres igual que yo" etc., y esto termina por reducir a tierra calcinada casi todo. 

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